En su columna, Fernando Borroni criticó el faltante de vacunas contra el coronavirus en los distintos países de África. "Si el mercado margina, la humanidad deberá hacerse cargo entonces de su finalidad", expresó.
Hace apenas 15 días el Gobierno nacional decidió donar cerca de 1.700.000 vacunas contra el Covid a países que hasta el momento no habían recibido ninguna. Estamos hablando de países como Mozambique, Kenia o algunos países del Caribe.
Esta fue una noticia que nunca llegó a la portada de los diarios ni a los grandes zócalos de la televisión. Será porque desde el periodismo parece que tenemos la costumbre de priorizar aquella noticia violenta o que provoca el enojo y la fragmentación social y este tipo de noticia nunca ocupan el lugar que debieran ocupar.
Son noticias hechos políticos a destacar de este gobierno en un momento donde el mundo necesita de este tipo de ejemplo para intentar ser un poquito mejor. Nos gusta mucho a todos y a todas hablar de la batalla cultural.
Poco entendemos qué significa esta batalla cultural. Y lo primero que uno debiera decir es que la batalla cultural seguramente tendrá muchas aristas de donde encararla pero la principal tiene que ver con el hombre, la mujer y el lugar en el mundo que ocupan a partir de lo que el mercado determina.
Por lo tanto, la batalla cultural no es otra cosa que recuperar la centralidad de la escena política para el hombre y para la mujer. Para que seamos los hombres y las mujeres el objetivo principal de la educación. Que recupere el hombre y la mujer la centralidad en el mundo de la economía. Que las medidas que se tomen en términos de lo cultural, en términos de lo científico, sean en pos de la felicidad del hombre y la mujer.
Puede que lo que digo sea evidente pero no es precisamente real. Hoy en día la centralidad de la economía, de la cultura, de la educación la tiene el mercado. Todo es en pos de él, para beneficio de él y bajo sus normas y sus reglas. Por eso la pandemia hoy ataca fuertemente a un continente donde el mercado no llega.
Donar vacunas habla no sólo de una excelente gestión gubernamental de este gobierno que logró tener todas las vacunas que hoy están en el mundo.
Donar vacunas significa volver a recuperar al hombre y a la mujer como la centralidad del accionar de todo.
Así debiera ser de todo lo que hacemos. Por lo tanto, este tipo de hechos debieran hacernos sentir orgullosos en un país donde siempre está la premura por decir que aquí nunca nada cambia, que aquí nunca nada mejora, que mejor es irse y que al fin y al cabo, la Argentina siempre pasa lo mismo.
La verdad es que no pasa lo mismo. Mientras existía una oposición que no hacía otra cosa que fomentar la meritocracia, el sálvese quien pueda, y a los anticuarentea hubo un gobierno que consiguió las vacunas y además las donó.
Esto es una noticia, esto es un hecho político que hace la batalla cultural. Esto es una esperanza de creer que aún es posible que los hombres y las mujeres que habitamos esta tierra volvamos a recuperar el protagonismo para que el mundo nos ha creado y darle al mercado el rol que tiene.
Si el mercado margina, la humanidad deberá hacerse cargo entonces de su fin.