Este martes, tras la declaración de tres policías acusados por encubrimiento en la causa que investiga el asesinato de Lucas González, la fiscalía puso el ojo en una abogada que trabaja para la Ciudad de Buenos Aires y que estuvo presente en la escena del crimen.
En este sentido, y tras los dichos de los tres policías que aceptaron prestar declaración indagatoria, la fiscalía ordenó la detención de “una mujer rubia, vestida de civil y con pollera", según se desprende de los datos que aportaron los imputados.
El fiscal de Instrucción Leonel Barbella comunicó que "esta persona, quien cumple funciones en Asuntos Internos, es la primera civil investigada por su presunta participación en el encubrimiento del hecho".
Para Barbella, la presencia de la abogada en el lugar coincidió con el momento en el que se adulteró la escena, y además “no estaba asignada al procedimiento”.
Al pedir el arresto y la posterior indagatoria contra la asesora letrada, el fiscal afirmó: “No se entiende la causa por la que una funcionaria de la División de Asuntos Internos y Contenciosos de la Policía de la Ciudad con una experiencia de casi 4 años y medio (...) y avezada en leyes del derecho, y específicamente en materia del derecho penal (se desempeña en División Asuntos Penales), se presente en el lugar y permanezca durante el tiempo que lo hizo durante la serie de conductas ilícitas que se llevaban a cabo allí” explicó el fiscal.
Tras las indagatorias de este martes, los tres policías quedaron detenidos a disposición judicial.
En tanto, por el homicidio calificado de Lucas y la tentativa de homicidio calificada de sus amigos están también procesados y bajo arresto preventivo los policías de la Ciudad Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi.
La bala perdida
Uno de los testimonios en la indagatoria generó dudas en la fiscalía. Daniel Rubén Espinosa, uno de los policías imputados por encubrimiento, aportó un dato que será investigado.
En este marco, Espinosa le dijo al fiscal que"en un momento se abrió la puerta de la sala del centro de salud donde estaba el cadáver del adolescente y un médico dijo que una bala se había caído de la cabeza del chico” relató Espinosa.
El imputado añadió que su superior le pidió "que custodiara ese elemento y que, si no llegaba alguien de la Policía Federal, se lo pasara a su relevo en el puesto".
Eso fue lo que hizo,según su declaración, pero en la causa no figura este elemento, por lo que el dato será investigado.
El hecho
El asesinato de Lucas González ocurrió el 17 de noviembre, cuando él y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.
Tras ello fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones, sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados que, sin identificarse, comenzaron a dispararles.
Los adolescentes pensaron que eran ladrones, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital “El Cruce” de Florencio Varela.