En su editorial de este miércoles, la periodista y conductora de La García, Cynthia García, analizó los últimos movimientos en el Poder Judicial. Consideró positiva la llegada de Alejandro Slokar a la presidencia de la Cámara Federal de Casación Penal y el corrimiento del magistrado Gustavo Hornos.
En este contexto, aseguró que "es horade que se voceen en menos las iniciativas y se honre las ideas con actos". Luego, remató la columna con una analogía: "Como en el truco, cuando no abundan las cartas, la política exige jugar callado. Pero jamás, jamás, hay que irse al mazo".
La llegada de Slokar
Ayer la tarde, alrededor de las seis de la tarde, se conoció una resolución judicial del flamante presidente de la Cámara de Casación Penal, Alejandro Slokar.
Es un fallo muy interesante porque significa una reforma de hecho. Como si algunos funcionarios del Poder Judicial, en este caso el juez presidente de la Cámara de Casación Penal, elegido por unanimidad por sus pares, pudiera desde adentro empezar a sanear el sistema judicial.
¿Qué ocurrió? El juez de las visitas a Macri se quedó solo. Slokar inaugura la presidencia. Saca a Hornos de la subrogancia en la Sala 3. El flamante presidente arrancó entonces el ejercicio de sus funciones con determinación.
Correr a Hornos
Su primera acción fue quitarle la subrogacia en la Sala 3 de la Cámara al juez Gustavo Hornos. ¿Quién era Gustavo Hornos, quien es Gustavo Hornos? El magistrado que visitaba con asiduidad a Mauricio Macri y fallaba conforme a sus deseos y bajo el diseño del lawfare.
¿Es el único juez que visitaba a Macri? No, de ninguna manera. Pero tenía la vicepresidencia de la Cámara de Casación Penal.
Entonces, podía ejercer, podemos decirlo sin tapujos, un doble daño: por un lado recibía en su Sala a la que pertenece, la Sala 4, y por otro lado tenía una subrogacia en la sala 3.
Entonces le llegaban el 50 por ciento de las causas a este juez que que sabemos que tiene una capacidad de daño enorme sobre el sistema de derecho.
Daño en doble vía
El magistrado que visitaba con asiduidad a Mauricio Macri y fallaba conforme a sus deseos no podrá ahora, tras esta decisión de Slokar, que hay que decir que fue aprobada por unanimidad, seguir haciendo daño en doble vía.
Hornos quería continuar en ese cargo, pero Slokar dijo 'bueno, sometamos la continuidad a votación'. El juez, caído en desgracia, perdió por 10 votos contra 1.
¿Quién votó por su continuidad? Solo él. Él mismo votó por su continuidad. Casi como los cortesanos que se votan a sí mismo para presidir el Máximo Tribunal Argentino. No sé si les suena.
El embate de la Corte Suprema
Mientras la reforma judicial, tantas veces voceada por el presidente Alberto Fernández, permanece trabada en el Congreso y el Consejo de la Magistratura, órgano político del Poder Judicial, que sufre los embates de la Corte Suprema, está sacudido por el reciente fallo de los togados contra la composición dispuesta por la ley impulsada en 2006 por Cristina Kirchner.
Mientras sigue siendo un déficit la reforma judicial, un juez se anima a tomar una decisión que mueve el amperímetro. Lo propone a sus pares en la cámara y los mismos pares de la sala de la Cámara de Casación Penal votan a favor. Son los mismos que votaron por unanimidad.
Momento de actuar
Uno puede quedarse esperanzado en que hay una decisión hacia adentro del sistema judicial de sanear un sistema judicial, un poder tan erosionado, tan corrupto estructuralmente.
No soy juez de jueces, dijo el Slokar, en más de una ocasión. Está bien, no es juez de jueces, pero tampoco es parte del entramado que funciona como escudo corporativo del poder más elitista, patriarcal y conservador del país.
Tal vez sea hora, y bienvenida sea la presidencia de Alejandro Slokar entonces a la Cámara de Casación Penal, de que se voceen en menos las iniciativas y se honre las ideas con actos, sin demasiados preámbulos.
Como en el truco, cuando no abundan las cartas, la política exige jugar callado. Pero jamás, jamás, hay que irse al mazo. Una reforma judicial que arranca desde el pie.