El actor estadounidense James Franco admitió por primera vez que mantuvo relaciones sexuales con estudiantes de sus cursos de actuación y confesó que está recibiendo tratamiento porque es adicto al sexo.

Esta es la primera vez que Franco habla sobre las denuncias en su contra, luego de pasar más de tres años en silencio y de desaparecer de la escena. 

Los hechos se remontan a 2018, cuando varias mujeres lo acusaron por abuso sexual y un grupo de estudiantes lo denunció porque se aprovechaba sexualmente de las alumnas que asistían a sus clases en la escuela Studio 4.

A pesar de que siempre negó esas alegaciones, en una entrevista para el 'podcast' Jess Cagle, el intérprete reconoció que se acostó con varias estudiantes y que "estuvo mal".

Asimismo, el actor también dijo que había acudido a terapia para tratar su adicción al sexo, un problema con el que asegura que tapó su alcoholismo. "La atención de las mujeres, el éxito entre las mujeres, también se convirtió en una fuente de validación importante para mí. El problema era que, como con toda droga, nunca es suficiente", explicó.

La demanda fue presentada inicialmente en 2019 por Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal, quienes se apuntaron a sus clases en 2014 y aseguraron que la estrella de "The Disaster Artist" impartía lecciones sobre escenas sexuales que consistían en "simulaciones de actos sexuales que iban mucho más allá de los estándares de la industria".

A la denuncia se sumaron más alumnos de sus cursos que, como ejemplo, indicaron que Franco ideó el presunto rodaje de una orgía en la que quitó las protecciones de plástico que cubrían las vaginas de las mujeres antes de simular sexo oral.

Además, el actor grababa a algunas mujeres en sus ensayos y se acercaba a las jóvenes prometiendo trabajos en proyectos de Hollywood que nunca se materializaban.

A mediado de este año, el también guionista y productor firmó un acuerdo con las víctimas por el que pagó 2.3 millones de dólares a repartir entre los afectados.

El punto máximo de la controversia se dio en la gala de los Globos de Oro de 2018, donde se llevó el premio al mejor actor de una comedia por "The Disaster Artist" (2017) y en cuya alfombra roja desfiló con un pin de "Time's Up", tras el impulso feminista contra las agresiones sexuales del movimiento #MeToo.

Durante la ceremonia, varias actrices cargaron en las redes sociales contra la supuesta hipocresía de Franco por llevar una de esas insignias, ya que aseguraron que fue responsable de episodios de abuso sexual en el pasado.