A tres años de la muerte de Héctor Timerman, su hermano Javier lo recordó como una persona con una moral "muy alta" y una ética intachable. El excanciller murió el domingo 30 de diciembre del 2018 a los 65 años, como consecuencia del cáncer que lo aquejaba desde hacía más de dos años y en medio de una persecución mediática y judicial en el marco de la causa del Memorándum con Irán.
"En cada homenaje las personas que lo conocieron siempre resaltan su cualidad ética y su conducta intachable. Siempre hacia lo mejor, en sus épocas de funcionario publico siempre puso al país como prioridad", expresó Javier en comunicación con La García.
"En el cementerio dije que yo nunca tuve el coraje que tuvo Héctor para enfrentar todo lo que enfrentó. No creo que muchas personas lo tengan. Ese es su legado, tratar de hacer siempre lo que corresponde", agregó.
Javier dijo que su hermano fue acusado injustamente "en una causa nefasta de traición a la patria" y dijo que durante toda su enfermedad tuvo que lidiar con los hostigamientos de la justicia y de los medios. "Todos sabemos a la salud hay que cuidarla. Él no lo pudo hacer porque tuvo que enfocarse en defenderse de esta acusación funesta. Tuvo que interrumpir un tratamiento que podía salvarle la vida porque no le permitieron salir del país. Cuando pudo hacerlo, ya era tarde", señaló Héctor.
Luego, Héctor dijo que su hermano murió acusado de traidor a la patria "en una causa que jamás debería haber existido" y que post mortem fue reconocido como inocente.
En octubre el Tribunal Oral Federal N.º 8 decidió el sobreseimiento de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y al resto de los acusados por la firma del Memorándum con Irán coincidieron en que no hubo delito, que se trató de una decisión "política" y que el acuerdo carecía de entidad para hacer cesar la vigencia de las circulares rojas de captura internacional a ciudadanos de ese país.
Gestapo macrista
Héctor definió al video de la reunión donde se a funcionarios del Gobierno de María Eugenia Vidal, agentes de inteligencia y empresarios discutir estrategias para armar causas contra dirigentes sindicales, como un registro más de "una parte de la sociedad que entiende que al enemigo hay que destruirlo". "Lo que sucedió me parece de una gravedad terrible, pero lo más preocupante de todo es el silencio de la sociedad. Hay que salir a condenar estos hechos de una manera enfática, completó.