En su editorial, Fernando Borroni criticó a Juntos por el Cambio por no querer participar de la reunión con Martín Guzmán por la deuda con el Fondo Monetario Internacional, pero también cruzo al gobierno por seguir insistiendo en generar puentes con una "oposición golpista".
La negativa de la oposición de asistir al encuentro que propuso el Gobierno Nacional para dar a conocer el estado del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, no debe sorprender a nadie. Que esta oposición se niegue a colaborar con el Gobierno para negociar la deuda no debe sorprender a nadie.
A esta altura, de verdad, no sé qué es más indignante. Si indigna más que la derecha, los endeudados sean inflexibles ante la posibilidad de generar condiciones para que la Argentina esté mejor o lo es aún más que un sector del gobierno quiera seguir tendiendo puentes con este espacio.
Esta oposición ha demostrado que es golpista. Esta oposición ha demostrado que son los hijos predilectos de la dictadura: persecución política, desaparición durante su gobierno, como la de Santiago Maldonado, asesinatos por la espalda, espionaje, Gestapo, violación a los derechos de los trabajadores.
Son los hijos predilectos de la dictadura. Ahora parece que no alcanza con los videos que demuestran que han perseguido políticamente. No basta con que hayan puesto presos políticos, no alcanza con toda una historia para ver que cada vez que la derecha gobernó o fue oposición actuó igual.
Ahora, si se le sigue pidiendo al demonio que se disfrace de Ángel hay que hacerse cargo. Larreta quiere ser presidente, Macri representa los intereses de los históricos enemigos del pueblo, no van a colaborar.
La oposición quieren el poder político, porque el poder económico y empresarial ya lo tienen. Entonces no se puede hacer política ya con tanta ingenuidad. Ya basta de hacer política creyendo que tenemos una oposición sensible, que le duele lo que le duele al país y que van a colaborar.
Nos endeudaron intencionalmente. Fugaron el dinero intencionalmente. No quieren un buen acuerdo con el Fondo Monetario Internacional porque quieren una crisis social y económica para volver a gobernar.
Ahora, si un sector del Gobierno sigue creyendo que esos son los puentes que hay que construir para que la Argentina crezca y la verdad es que está haciendo el papel de tonto ya. La diferencia entre la maldad y la ingenuidad es importante. Hay que analizar si el malvado no genera tanto daño como un ingenuo.
Ojalá en estos dos años que quedan el gobierno de una vez por todas busque apoyo en quienes lo votaron y no en quienes cuando fueron gobierno los persiguieron y hoy lo único que quieren es verlo destruido.