La goma brea -sustituto local de la goma arábiga -es un producto vegetal que se usa en diferentes industrias, como la alimentaria (en caramelos y gaseosas, por ejemplo), la cosmética y la farmacéutica. En Argentina se obtiene de un árbol nativo del monte chaqueño.
A sus usos actuales, podría sumarse uno novedoso y particularmente interesante como tratamiento para el coronavirus: diversos estudios en el mundo, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), están investigando, con buenos resultados, las bondades de ese y otros productos naturales y autóctonos en el sistema inmune humano y que no sólo protegerían a las personas de contraer el virus, sino que servirían como paliativo a la hora de transitar la enfermedad.
“Todas estas gomas están compuestas por azúcares y proteínas, y se sabe que son inmunógenos, es decir, producen un efecto estimulante de nuestro sistema inmune”, explicó el oncólogo salteño José Ovejero Solá en diálogo con AM750.
Y detalló: “Son prebióticos, interactúan con las bacterias que tenemos en el intestino para producir distintos sustratos, entre ellos el butirato, que estimula a los glóbulos blancos a producir defensas. Es, literalmente, una inmunoterapia”.
Uno de los estudios que se llevaron adelante durante el 2020 fue en Sudán, África, donde los investigadores trataron con goma arábiga a 55 pacientes con COVID-19, mientras que a otros 55 les proporcionaron un placebo. “Los investigadores empiezan a observar cambios químicos y molecualres muy sofisticados en las personas que recibían la goma padeciendo coronavirus. El estudio lo publica en enero de 2021 la OMS, ahí es cuando nosotros tomamos contacto”, señaló Ovejero, quien ahora dirige su propio estudio.
“Empezamos a usar la goma arábiga y la goma acacia en personas como un suplemento dietético autorizado, y empezamos a ver resultados en ambas. Por un año y medio, 125 personas las recibieron y hemos estado observando resultados muy buenos, con pequeños resultados adversos, como mínimas reacciones alérgicas cutáneas que se desaparecían a las pocas horas de suspender el tratamiento”, indicó el médico.
En esa línea, Ovejero precisó que ambas gomas ayudan a sintetizar la Interleucina 10, una molécula antiinflamatoria capaz de moderar la tormenta de citocinas durante la neumonía producida por el coronavirus. Además, estimula la secreción también a otra familia de glóbulos blancos, las células NK -Natural Killers, por sus siglas en inglés-, que pueden tener “efectos antitumorales y antivirales directos”, según indicó.
A su vez, indicó que cualquier médico puede recetar cápsulas de estas sustancias y un farmacéutico producirlas en un Laboratorio de Farmacia autorizado. “Lo único que hace un médico como yo es leer todo eso y recetar a quien cree que le va a hacer bien, pero ya hay un sustrato de conocimientos que es bastante aplastante sobre el tema de la microbiota, tanto pulmonar como intestinal durante el COVID-19”, apuntó.