En su editorial, Víctor Hugo apuntó contra los movimientos antivacunas y los acusó de hacer enorme daño al mundo.
Cuánto tiempo, cuánta saliva, cuánta tinta ha costado la mundo la idiotez de los antivacunas. Es pavoroso. El último episodio conocido fue el de Novak Djokovic, que por suerte le salió mal.
Lo único que faltaba era que se adjudicaban una victoria en un tema en el que no tienen nada de razón, en el que hacen mucho daño y en el que son simplemente vulgares fanáticos.
En el Estado de New York no se puede concurrir a celebraciones masivas, y esto incluye a deportistas, sin la certificación de la vacuna.
El caso más emblemático es el de un basquetbolista Kyrie Irving, uno de los mejores bases que hay en los Estados Unidos hoy día. Juega en el Brooklyn Nets que es posiblemente el futuro campeón de esta temporada en la NBA.
Irving gana 35 millones de dólares, una fortuna, y por no jugar vacunado pierde 370 mil dólares por cada partido que no juega de local. Hay que estar bastante loco.
Fíjense lo que ocurrió con Hana Horka, una cantante de 57 años muy conocida en la República Checa. Ella se declaró abiertamente antivacuna y falleció en estos días después de haber contraído deliberadamente el covid-19.
El hijo de la cantante explicó que su madre se negó a ser vacunada y luego se expuso voluntariamente a la enfermedad que tenían su hijo y su marido. Los dos estaban inoculados, contrajeron coronavirus antes de la navidad y ella decidió vivir normalmente con su hijo y su esposo.
Horka Prefirió contraer la enfermedad antes de ser vacunada. Dos días antes de la muerte, la cantante había escrito "sobreviví. Así que ahora habrá teatro, sauna, concierto y un viaje urgente al mar".
En República Checa es necesario contar con la constancia de vacunación o un certificado de alta reciente del coronavirus para acceder a sitios o eventos culturales. Pobre mujer. Falleció.
Su hijo acusó a las figuras locales del movimiento antivacunas de haber convencido a su madre de no inmunizarse y perdió a su madre, una mujer destacada en la vida de la República Checa.
Ya no se que nombre ponerle a esto de los antivacunas.