La erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, que devastó el archipiélago de Tonga este sábado y repercutió en el océano Pacífico, tuvo una intensidad "500 veces más poderosa que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima", estimó este miércoles la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
James Garvin, científico jefe del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, explicó que se trató de "la mayor erupción de las últimas décadas, registrada hasta Alaska, a 9.000 kilómetros de distancia".
El humo que levantó la explosión desde la boca del volcán alcanzó una altura de 30 kilómetros y vertió sobre las 170 islas del archipiélago gas, lluvia ácida y cenizas que cubrieron prácticamente todo, informó la agencia ANSA.
El gobierno de Tonga calificó el desastre como "sin precedentes", y dijo que olas de hasta 15 metros de altura destruyeron todas las casas en algunas islas.
Este miércoles lograron despejar la pista principal del aeropuerto internacional de Tonga, que permanecía sepultada en una capa de ceniza de unos diez centímetros.
Jonathan Veitch, encargado de coordinar las operaciones de Naciones Unidas, anunció que la pista "está de nuevo operativa" y que mañana pueden llegar los primeros vuelos con ayuda desde Australia y Nueva Zelanda.
En Australia están organizando barcos con equipos de rescate, agua limpia y una unidad de desalinización capaz de aportar 70.000 litros por día, y desde China anunciaron el envío de artículos de primera necesidad.
A cuatro días de la erupción del volcán y el posterior tsunami, la situación sigue siendo dramática con los suministros de agua potable gravemente comprometidos y las reservas de alimentos corren el riesgo de ser insuficientes.
La totalidad de la población, más de 100.000 personas, se encuentra en estado de necesidad.
"Los suministros de agua de las islas Tonga fueron gravemente contaminados con cenizas y agua salada", advirtió Katie Greenwood, de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y agregó que existe "un alto riesgo de enfermedades como el cólera y la diarrea".
Con la ayuda del exterior y personal humanitario, crece la preocupación de que el coronavirus llegue al archipiélago, que hasta el momento no registra ningún caso de contagio.
Por el momento, Tonga permanece aislada y desde la empresa estadounidense de cableado SubCom aseguraron que "se necesitará al menos un mes para reparar el cable submarino de comunicaciones que garantiza la conexión a internet".
El balance provisorio en el archipiélago es de tres muertos y algunos heridos.