El asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas no solo marcaría uno de los momentos más oscuros para la libertad de expresión en la historia de la democracia Argentina -poniendo sobre relieve todo el entramado de corrupción y violencia de los años menemistas- sino que además cambiaría para siempre la forma de investigar este tipo de causas judiciales.
El caso Cabezas fue el primero en el que se utilizó el Excalibur, un sistema de cruce de patrones adaptados que era utilizado por distintas redacciones periodísticas y que, durante la investigación del asesinato del fotógrafo, se usó para cruzar llamadas entre el empresario postal Alfredo Yabrán, agentes de la fuerza de seguridad y funcionarios del gobierno nacional.
Con su implementación, el Excalibur reveló que antes y después del asesinato de Cabezas hubo más de cincuenta comunicaciones telefónicas entre el policía bonaerense Gustavo Prellezo, acusado de ser el autor material del crimen, y Gregorio Ríos, jefe de la custodia de Yabrán. Además, el sistema develó los fuertes vínculos que existían entre “el cartero” que se jactaba de que "ni la SIDE" tenía una foto suya y la Casa Rosada en tiempos de menemismo.
En diálogo con AM750, el ingeniero en electrónica especializado en telecomunicaciones y perito de la Justicia Federal, Ariel Garbarz, contó cómo se empezó a usar el Excalibur en la Argentina y la importancia que tuvo su implementación dentro de la causa.
- ¿Qué era el sistema Excalibur?
- El Excalibur era un sistema de cruce de patrones adaptados. Lo usaban medios como Clarín, Perfil y Página/12, aunque no para cruzar llamadas telefónicas como se empezó a utilizar después. Era un sistema muy parecido a lo que hoy es Google, en un momento donde Internet estaba en una etapa muy incipiente. Excalibur te permitía buscar nombres propios, palabras, frases, fotos o videos sobre un determinado tema y te buscaba todas las notas vinculadas al respecto.
Por qué fue clave
- ¿Cómo llegó a utilizarse en el caso Cabezas?
- Llegó gracias a las investigaciones periodísticas que hicimos distintos periodistas en el caso del asesinato de José Luis Cabezas. Tomamos los listados de las empresas telefónicas y los escaneamos con el Excalibur para encontrar todas los cruces de llamadas de los distintos involucrados. Es decir, los informes fuente desde donde el origen de las llamadas, la duración, el día y la hora exacta en las que se produjeron salió directamente de las centrales telefónicas que son sistemas informáticos propietarios imposibles de adulterar. El Excalibur permitía acelerar el sistema de cruces telefónicos, que pudo haber hecho de forma manual pero hubiera llevado mucho tiempo.
Con el Excalibur se logró establecer la relación entre autores intelectuales y autores materiales"
Ariel Garbarz
- Vos revelaste vínculos entre Yabrán y el Poder…
- En esa época para Página/12 me tomé el trabajo de reordenar los listados de 2.200 cruces telefónicos realizados desde y hacia el teléfono de Yabrán en las oficinas de Yabito (la empresa agropecuaria de la familia Yabrán). Desde ese teléfono había mantenido distintas comunicaciones con funcionarios del gobierno de Carlos Menem, como por ejemplo con el exministro del interior, Carlos Corach.
- Por ese hallazgo sufriste distintas amenazas…
Sí, esos llamados se dieron mientras se discutía la ley de Correos. Yo mostré los cruces telefónicos en el noticiero de Telefé como una evidencia del tráfico de influencias y los intereses que compartían ambas partes. Por esa investigación recibí distintas amenazas de muerte. Me dijeron que me iban a matar y sufrí distintas persecuciones. Por suerte, nunca pasó a mayores.
El Excalibur, del caso Cabezas a otras investigaciones
- Luego el Excalibur comenzó a ser usado por la justicia y por la polícia…
- Sí, como tuvo éxito en las investigaciones periodísticas se empezó a usar para ver los vínculos de Yabrán con la bonaerense. Eso permitió reconstruir el caso. Fue la primera causa penal donde se reconstruyó parcialmente una escena de un crimen a partir de los metadatos de los llamados telefónicos. Fue el inicio del uso de la tecnología de las comunicaciones para el esclarecimiento de un crimen. Obviamente se hacía de una manera muy rudimentaria, no como ahora que los satélites te permiten la geolocalización de una persona.
- ¿Sin el Excalibur hubiese sido posible saber qué pasó con Cabezas?
- Si no fuese por el Excalibur, probablemente no se hubiese esclarecido el crimen. Sin todo ese cruce de llamadas la Justicia solo contaba con testimonios y declaraciones de los involucrados y los testigos. A partir de las comunicaciones se pudo ver la vinculación de los sospechosos con Yabrán. Se encontraron llamados entre los policías bonaerenses y la seguridad del empresario que fueron previos al asesinato del fotógrafo. Luego hubo llamados posteriores para tratar de encubrir todo el hecho. Con el Excalibur se logró establecer la relación entre autores intelectuales y autores materiales. Cuando citaron a indagatoria a los sospechosos, la justicia tenía datos duros que no admitían controversias y que ayudaban a presionar a los interrogados para que declaren la verdad.
El caso Cabezas
- ¿Crees que se hizo justicia en la causa Cabezas?
- Yo creo que se avanzó, pero no se hizo justicia, porque los partícipes directos o indirectos del crimen hoy no están en prisión.
- ¿El uso del Excalibur implicó un avance en materia judicial?
- En su momento sí, pero me parece importante señalar que ha desandado en el camino que se inició de investigación de un crimen utilizando la tecnología. Hoy los jueces reclaman pericias sobre los aparatos telefónicos en vez de recurrir a los listados de datos y metadatos de las empresas telefónicas. Eso es una colonización que se ha hecho sobre los procedimientos de la justicia que responden a causas políticas. Esto ocurrió en muchas causas que involucran a Mauricio Macri, como por ejemplo en la causa del espionaje ilegal a las víctimas del ARA San Juan. Cuando los jueces que intervinieron en la causa no consiguieron secuestrar los aparatos de celulares descartaron las pericias siendo que toda la información está en las empresas telefónicas. Esto sucede por desconocimiento o encubrimiento.