En su editorial, Cynthia García reflexionó sobre los diferentes escenarios que se abren ante el posible acuerdo - o no- del gobierno con el Fondo Monetario Internacional.
¿Y si hay default qué pasa?. En los últimos días cualquiera se anima a apurar al gobierno para que cierre un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. ¿Qué pasa con esta catarata de versiones que circulan en torno al inminente acuerdo con el FMI? ¿De dónde vienen?
El gobierno encara este tramo de la negociación asediado por los que lo amenazan con las siete plagas si cae en default y los que le imputan su rendición si llega a un entendimiento bajo la demanda de ajuste o cogobierno con el fondo.
Hay un cierto peligro de cogobierno con el Fondo Monetario Internacional si se llegara a la instancia para mí innegociable del pedido de revisión trimestral y los vencimientos que están ocurriendo por estas horas.
Ante ese escenario arriesgamos preguntas que nos ayuden a seguir pensando:
- ¿La suba del dólar blue y el riesgo país o la caída de acciones bursátiles obedecen a que se viene el default o los especuladores están zamarreando esos bienes para que algunos pisen el palito?
- ¿Nos ha traído algún beneficio alguna vez este tipo de especulaciones?
- ¿El default o la cesación de pagos hasta dónde perjudica más al Estado nacional que a los acreedores externos o los grupos económicos locales?
- ¿Se puede crecer con default?
- ¿Se puede sostener un mercado interno con default?
- ¿A quién beneficia o perjudica esta idea de la cesación de pagos?
- ¿Es posible que Alberto Fernández y Martín Guzmán traigan un entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, que Cristina Kirchner y la base de sustentación del Frente de todos no puedan acompañar?
Cada vez más voces de la economía heterodoxa se alzan diciendo que no hay que pagar estos vencimientos porque ya en marzo no se van a poder pagar. Ahora, decidir pagar o no pagar es una cuestión técnica. Con las consecuencias que eso implica.
¿Puede ser que el kirchnerismo haya renunciado al axioma que indicaba que la política subordina a la economía y que un ministro de Economía pueda resolver este problema sin el OK de la vicepresidenta que urdió fórmula y estrategia para volver al poder? Parece inadmisible.
Son preguntas que sentimos que tenemos que hacer, pero parece inadmisible que el gobierno que puso en agenda una agenda electoral en 2019 no la esté cumpliendo. Muchas voces, cada vez más están diciendo que no votaron al Frente de Todos para que llegue a un acuerdo con el fondo que sea negativo para la Argentina.
El economista Andrés Asiain dijo que el Frente de Todos no debe hacerle el trabajo sucio a Cambiemos. El gobierno de Macri se endeudó, tomó la deuda y este gobierno se hace cargo, paga los vencimientos, acepta las condiciones del fondo y finalmente va a terminar defaulteando por las presiones del mismo fondo.
Los Estados Unidos no van a ver con buenos ojos ninguna acción del gobierno argentino en términos de la multipolaridad. Cualquier avance de Argentina con negociaciones con Rusia o con China con acuerdos estratégicos multipolares va ser cobrada apretando con el FMI.
El kirchnerismo puede renunciar al axioma que indica que la política subordina a la economía. ¿Hay fracasos individuales en un proyecto colectivo?. La idea de esta reflexión es que haya inquietudes que no admiten clausura, pero ayudan a imaginarse alternativas ante las recetas de siempre y la preventa de hechos consumados. Sobre todo respetar la agenda electoral que se votó en 2019.