"Están entre nosotros, los vamos a encontrar", dice Estela de Carlotto. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo hace referencia a los 300 nietos que, estiman, aún no conocen su verdadera identidad. Para este fin, el organismo de derechos humanos tiene varios frentes de batalla. "Nunca hemos parado, nunca nos quedamos haciendo nada, están ahí y vamos a encontrarlos", insiste.
Después de un 2020 marcado por la complicada realidad sanitaria, la búsqueda se volvió aún más complicada. En 2021 la organización recuperó el aliento. El promedio de presentaciones espontáneas en Abuelas superó las consultas recibidas en 2019.
"La pandemia nos afectó el poder encontrarnos, pero Abuelas trabajó sin parar de manera virtual", añade Carlotto a 44 años de la fundación de la organización. Además, destaca el compromiso de "los equipos de colaboradores y nietos" que acompañan la tarea que comenzaron ellas.
"Sabemos que nuestro mensaje va a atravesar las generaciones porque la historia de nuestra búsqueda va a continuar mientras en la sociedad exista el deseo de saber dónde están esos bebitos que nos robaron", añadió Carlotto a Página 12.
Y agregó: "Los estamos buscando dentro y fuera del país porque sabemos que están entre nosotros. Y creemos que nos pueden estar escuchando o leyendo. Así que les decimos que no se queden con la duda, los invitamos a que se acerquen porque les espera la libertad de saber quiénes son".
Un trabajo conjunto
Para la difícil tarea de encontrar a los 300 nietos que aún no conocen su verdadera identidad, las Abuelas no realizan su tarea de forma solitaria. Al contario, cuentan con el apoyo de amplios frentes que abren la búsqueda y los recursos.
Así, hoy en día cuentan con el apoyo del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y la Unidad Especializada para casos de apropiación de niños y niñas durante el terrorismo de Estado (Uficante), entre otros.
El rol de la Uficante
En este contexto, Manuel Gonçalves, nieto restituido, integrante de Abuelas y secretario Ejecutivo de la Conadi destaca el crecimiento que la cantidad de causas judiciales sobre apropiaciones experimentó en los últimos años.
El mismo lo atribuye a "la coordinación con más actores en este trabajo". Especialmente, apuntó a la importancia que tuvo la labor de la procuraduría especializada en estos hechos, creada en octubre de 2012 y con el fiscal federal Pablo Parenti al frente.
"Abuelas y Conadi completan la investigación del caso hasta donde puedan avanzar y con eso llegan a la unidad fiscal, que repasa, determina si hay una medida que falta, la trata de completar y luego la llevan a la justicia, lo cual agilizó mucho todo", añade.
"Tratamos de ser ágiles y profundos en el trabajo para que cada expediente quede listo o casi listo para dar el paso a la toma de muestra. Nuestro trabajo es luchar contra el paso del tiempo en un momento en el que se hace cada vez más difícil hallar a los nietos que faltan", reflexiona, por su parte, Parenti.
La importancia del BNDG
Otro de los grandes frentes de batalla tiene en el centro al BNDG. Es el núcleo de la búsqueda de los nietos apropiados.
Las muestras genéticas que aportan las personas que se acercan a Abuelas por propia voluntad, o las que son requeridas por la Justicia, son luego confrontadas por esa institución con los perfiles genéticos de los 300 nietos buscados que resguarda.
Desde 2016, el banco se dedicó a evaluar su capacidad para identificar a cada nieto, vinculada de lleno con la cantidad de datos que tiene el banco de cada grupo familiar registrado. En la búsqueda de robustecer estas muestras nació así la Unidad de Antropología Forense de la institución.
La Unidad determinó que eran necesarias 200 exhumaciones a lo largo y ancho del país para mejorar la capacidad de identificación del banco. Entre 2015 y 2019, el BNDG realizó 32 exhumaciones de muestras correspondientes a 28 grupos familiares. En 2021 lograron 37 exhumaciones, para 20 grupos familiares, de las cuales 34 se lograron con la intervención de la Uficante.