En 2021 Argentina perdió al menos 110.180 hectáreas de bosques nativos, especialmente en el norte, donde se concentra la deforestación. El número es equivalente a cinco veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
Este dato se desprende del informe anual de Greenpeace, que se conoció este lunes, y por el que la ONG volvió a pedir la penalización de la destrucción de bosques.
El texto se enfoca en que más de la mitad de la actividad ocurrió en Santiago del Estero, donde se avanzó sobre 52.290 hectáreas. La provincia estuvo seguida por Formosa (29.165 hectáreas), Chaco (18.000 hectáreas) y Salta (10.657 hectáreas).
Los números presentados en el Informe de Greenpeace surgen de la comparación de imágenes satelitales.
El pedido de los ambientalistas
"Es muy preocupante el aumento de los desmontes ilegales. Es urgente acabar con esta impunidad, para lo cual se hace necesario que la destrucción de bosques se convierta en delito penal", reclamó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Y agregó: "Estamos ante una emergencia sanitaria, climática y de biodiversidad. Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades; un verdadero ecocidio".
En este contexto, sostuvo que casi la mitad de los desmontes se produjeron en Santiago del Estero. Y que más del 80 por ciento de la deforestación en dicha provincia fue ilegal.
Esto se debe a que se realizó en bosques clasificados en las Categorías I, Rojo y II, Amarillo, donde no se permiten desmontes. "También es importante advertir la ilegalidad de las 18.068 hectáreas deforestadas durante 2021 en Chaco, ya que los desmontes se encuentran suspendidos por la justicia provincial", señala el informe.
Los datos oficiales
Según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, entre 1998 y 2020 la pérdida de bosques nativos en el país fue de cerca de 7 millones de hectáreas.
Las principales causas son el avance de la frontera agropecuaria (ganadería y soja transgénica que en gran medida se exportan a China y Europa) y los incendios forestales.
“Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes e incendios forestales; y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios”, advierte Greenpeace.