En su columna de La Mañana, Fernando Borroni reflexionó sobre la renuncia de Máximo Kirchner a la titularidad del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos
La política argentina no da descanso y a buena hora que así sea. El preacuerdo a que arribó el Gobierno nacional con el Fondo Monetario, como no podía ser de otra manera, generó mucho revuelo.
¿Por qué generó revuelo? Porque el acuerdo es malo, porque, entre otras cosas, habilita la injerencia permanente del Fondo Monetario en nuestro país. No tiene grandes quitas de nada y se sostiene bajo promesas de que no habrá ajuste para con el pueblo argentino. Estas promesas que vendría que hacer algo así como que el lobo te invita a que cruces el bosque en plena noche y que asegura que no te va a comer.
Durante todos estos años de negociaciones con el Fondo existieron voces que dentro del Gobierno no se escucharon y hoy, con la renuncia a la presidencia del Bloque de Diputados del Frente de Todo de Máximo Kirchner, estamos viendo sus primeras consecuencias. Consecuencias lógicas, al menos para quienes entendemos que la política es representatividad de intereses y de ideas que sintetizan a millones de argentinos.
El acuerdo es malo. Algunos dirán bueno es el menos malo. No sé. Lo que sí sé es que a este lugar llegamos sin haber dado la pelea suficiente. Sin haber intentado la judicialización de la deuda con el sólido argumento de la violación de su propia estatuto. Llegamos a este acuerdo sin la evidencia sobre la mesa de que ellos mismos esgrimieron de que el dinero fue prestado para que Macri gane las elecciones.
No se tuvo el coraje para enfrentarlo en la dimensión real de lo que el Fondo significa, un enemigo de los pueblos. De la boca para afuera se sostuvo un discurso que en los papeles no se cumplió.
Hoy el Fondo Monetario festeja, Junto por el Cambio festeja, la Sociedad Rural festeja, los medios festejan y los propios se enojan porque Máximo Kirchner renunció a su rol en Diputados. ¿En serio?
Macri no se endeudó criminalmente como nunca en la historia. Alberto Fernández acordó con el FMI más o menos como el fondo le exigía. ¿En serio el problema es que Máximo Kirchner haya renunciado a su banca?
Si esto no es seguir la agenda de de los medios opositores, díganme que es. ¿Qué esperaban que haga Máximo Kirchner cuando representa valores e ideas políticas que están en las antípodas de este acuerdo?
Qué bien hace Máximo Kirchner en poner un límite, algunos que quieren hacer el Frente de Todos un neo menemismo. ¿Qué pretendían los que se sumaron a un frente político diseñado por el kirchnerismo? ¿Qué kirchnerismo se suicide políticamente y niegue lo que ha sido y aún es?
Amigos, si sabían que sin Cristina era imposible y la fueron a buscar, ahora bánquense la pelusa. La política no son nombres. La política es representatividad. Entonces la crisis que hoy tiene el Gobierno no la tiene por la renuncia de un hombre la tiene porque vive una crisis de representatividad política.
¿Qué intereses representa este gobierno? A más de dos años no es tan claros. Acordamos con el Fondo y aumentamos las tarifas al mismo tiempo. ¿Saben cuánto le condenó Mauricio Macri a las empresas eléctricas en el 2016? Diecinueve mil millones de pesos. ¿Saben cuántos fugaron estas mismas empresas durante los cuatro años de Macri? Diez mil millones de dólares. ¿De verdad que problema político en la Argentina es Máximo Kirchner?
El problema en la política no son jamás aquellos que defienden ideas y convicciones, habiendo demostrado además que son posibles. El problema de la política son aquellos que no quieren hacer creer que todo vale 1, que nada se puede cambiar y que vos te tenés que acostumbrar.
Dejen de llamar responsabilidad política, sensatez política a lo que es una rendición frente a los poderes concentrados. Y dejen de señalar con el dedo a los que al menos pone el cuerpo para representar a millones.
En fin, hoy comienza en la Argentina un proceso ya conocido que ya hemos vivido, en donde propios y extraños acusarán al kirchnerismo de todos los males de nuestro país. Y así, de esta manera, construirán una falsa alternatividad entre conservadores y republicanos de derecha pero para que nada cambie.
En unos meses, la renuncia de Máximo Kirchner será pasado. Las consecuencias del acuerdo con el Fondo Monetario serán un presente permanente y doloroso para el pueblo.