El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, insistió en que la inflación está en retroceso y que este año logrará cumplir con la meta del 17 por ciento. Aseguró además que en el mercado ven precios por debajo del 15 por ciento para 2018. El titular de la autoridad monetaria expuso en un plenario de comisiones del Senado, en el cual debió rendir cuentas de su gestión. La tarea no es fácil si se tienen en cuenta que, en su primer año al frente de la entidad, la inflación sumó un 41 por ciento, la cifra más elevada en 25 años, el patrimonio del Central cayó a la mitad y la deuda del organismo con el sector privado por la emisión de Lebac se duplicó.
“La gente quiere soluciones entonces nos abocamos a resolver los problemas, no a decir cómo recibimos el Banco Central”, dijo Sturzenegger. Afirmó que “el Gobierno va a llegar a las elecciones (de medio término) con la inflación habiendo bajado a la mitad y la economía creciendo un 3 por ciento”. Los funcionarios del equipo económico vienen afirmando que los precios van a bajar y la economía repuntar desde marzo del año pasado, cuando hablaba del “segundo semestre”, pero los datos duros siguen sin mostrar rebote del PIB ni una tendencia clara a la baja de los precios, que en junio se habrían acelerado respecto de mayo.
El presidente del Central afirmó además que las altas tasas de interés en pesos no son un impulso para el negocio de la bicicleta financiera. “Con el carry trade le puede ir bien o mal. Mirando el comportamiento de los últimos meses vemos que el 50 por ciento de las veces les fue mal. No vendemos un seguro de tipo de cambio. Y nunca vamos a hacerlo. No les estamos asegurando ganancia a nadie”, dijo. Pese a las declaraciones de Sturzenegger, los diarios del mundo tomaron nota de la tasa que rinden las Lebac y aseguran que la Argentina se convirtió en un verdadero “paraíso financiero”.
Sturzenegger mencionó que los bancos ya no tienen beneficios fáciles en su gestión. “En 2012, 2013 y 2014 fueron los años de mayor rentabilidad para el sector financiero, porque la inflación y el cepo desalentaban a los bancos a dar incentivos a los ahorristas para retener depósitos. En cambio, ahora los que se benefician con las tasas reales positivas son los depositantes”, planteó. Pero los plazos fijos pagan menos de 20 por ciento cuando la inflación es del 25.