La actividad económica avanzó 0,6 por ciento en abril respecto de igual mes del año pasado y subió 0,4 por ciento en lo que va del año. En la medición desestacionalizada contra marzo el crecimiento fue nulo. El mercado interno sigue sin mostrar señales de recuperación pese a los pronósticos del equipo económico que adelantaron desde finales del año pasado que la actividad ya había empezado a repuntar. En abril de 2016 la economía había anotado una contracción del 3,1 por ciento, por lo que el crecimiento del 0,6 de este año no fue suficiente para recuperar los niveles de 2015. La economía no sólo está estancada sino que registra volúmenes de producción inferiores respecto de los de hace dos años. Esto explica el aumento del desempleo en los últimos meses y las dificultades de los sectores asalariados para recomponer sus ingresos en términos reales.
“En el segundo trimestres (de 2017) vamos a tener un crecimiento importante”, aseguró en reiteradas ocasiones el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien esta semana volvió a afirmar que el PIB de este año avanzará a un ritmo del 3 por ciento. Los datos duros de la economía no dicen lo mismo y mostraron una desaceleración de la actividad en abril, cuando se creció un 0,6 por ciento, la mitad que en marzo (1,3 por ciento). En la city dejaron hace varios meses de creer en las metas del Gobierno y hablan del “tridente imposible”. Dicen que no se cumplirá el crecimiento del 3,5 por ciento pautado en el presupuesto y mucho menos el objetivo de inflación del 17 por ciento y de déficit fiscal del 4,2 por ciento. Calculan un PIB aumentando no más del 2 por ciento, precios subiendo arriba del 20 y un rojo de las cuentas públicas por encima del 5 por ciento.
El informe de estimación mensual de actividad del Indec detalló cuáles fueron los sectores de la economía que más perdieron en abril. La industria manufacturera, que explica el 16 por ciento del PIB, registró un caída del 1,9 por ciento interanual. El comercio mayorista y minorista, que tiene un peso del 12 por ciento en el PIB, marcó un descenso del 2,2 por ciento. La producción de las fábricas y las ventas de los comercios, que en conjunto representan casi 3 de cada 10 pesos generados en la economía, siguen sin repuntar y mantienen deprimido el nivel de actividad del mercado interno.
Economistas consultados por este diario aseguraron que no hay motivo para que estos rubros mejoren. Plantearon que los industriales locales enfrentan una competencia cada vez mayor de los productos importados y que la demanda tampoco tiende a subir porque los sectores que se beneficiaron en los últimos meses son los de mayores ingresos, por lo que tienen una menor propensión a consumir (el aumento del ingreso disponible de estos grupos no va a consumo sino que se emplea en compra de dólares o instrumentos financieros).
El documento del centro de estadísticas oficial registró que uno de los sectores que más creció en abril fue agricultura, ganadería, caza y silvicultura, al avanzar un 4,6 por ciento. La construcción, en tanto, marcó un avance del 8,4 por ciento. Estos dos bloques representan un 15 por ciento del PIB y si no hubieran crecido, la economía habría anotado una caída del 0,2 por ciento en abril respecto del mismo mes del año pasado.
En el informe del Indec se computó que otro sector con crecimiento fue el de la pesca, con un avance del 15,9 por ciento. El rubro pesa menos del 3 por ciento del PIB por lo que su avance no fue significativo para el conjunto de la economía. A su vez, hoteles y restaurantes marcaron una suba del 4,7 por ciento, transportes y comunicaciones, 3,6, e intermediación financiera, 1,4. En contraste, explotación de minas y canteras computó un retroceso del 9,7 y electricidad, del 2,6.