El senador republicano de los Estados Unidos Jim Risch cuestionó este jueves la construcción de una cuarta central nuclear en el país, nombrada como Atucha III. En las redes sociales aseguró que "Argentina debería dar marcha atrás".
"Me preocupan los planes para instalar tecnología nuclear no probada china en Argentina", comenzó señalando el funcionario americano. Pidió dar con "sus implicaciones para la seguridad regional y la soberanía de Argentina".
El mensaje continúa: "Dada la mala experiencia con la estación espacial Las Lajas, Argentina debería dar marcha atrás".
El funcionario hizo referencia, de esta manera, a la estación satelital para control espacial de China situada en la provincia de Neuquén. Fue calificada por agencias internacionales, como Reuters, como una “caja negra” sin control. Señalaron que no estaba sometida a supervisión de autoridades locales.
Un pedido reiterado
Durante la gestión del expresidente Donald Trump, el entonces portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Garrett Marquis, había realizado una denuncia similar.
Aseguró que "la estación de la Patagonia, acordada en secreto por un Gobierno corrupto y financieramente vulnerable hace una década, es otro ejemplo de acuerdos chinos opacos y depredadores que socavan la soberanía de las naciones anfitrionas".
Risch es un político republicano que desde enero del 2009, representa al estado de Idaho en la Cámara alta de ese país, e integra el Comité de Relaciones Exteriores.
En 2017, fue uno de los 22 senadores que firmó una carta dirigida a Trump para que abandone el Acuerdo de París contra el cambio climático. Lo hizo al considerarlo una "amenaza" contra la economía norteamericana.
El nuevo acuerdo entre Argentina y China
El acuerdo entre la energética estatal Nucleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) fue firmado el último 1 de febrero.
Se trata de un reactor de 1200 megavatios eléctricos (Mwe) que se instalará en el Complejo Nuclear Atucha en Lima, provincia de Buenos Aires.
Con una inversión de 8.300 millones de dólares, la mayor de origen chino en el país, la construcción comenzará a fines de 2022. La central de tipo HPR-1000 contará con una vida útil de 60 años y utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador.
La advertencia de Greenpeace
En 2019, Greenpeace advirtió en un comunicado que se trata de "la fuente de energía más costosa y peligrosa que existe".
"Es una energía de 5 a 6 veces más cara que la energía renovable. Mientras los países desarrollados, planean dejar la energía nuclear, Argentina insiste en el error", agregan.
"Alemania, por ejemplo, quiere cerrar sus centrales al 2022; nosotros planificamos comenzar ese mismo año a producir más”, agregó el coordinador del programa de campañas de Greenpeace Argentina, Leonel Mingo.