En su editorial, Víctor Hugo celebró que en su reunión con el presidente ruso Vladimir Putin, Alberto Fernández haya que "Argentina tiene que dejar de tener esa dependencia tan grande con el FMI y EE.UU."
En su charla con el Vladimir Putin, Alberto Fernández reconoció que argentina no puede seguir viviendo bajo el yugo del FMI y de los Estados Unidos. Esto es algo muy valioso en la historia política del país.
"Tenemos que salir de eso", dijo Alberto Fernández. Ojalá que le meta para adelante. Esto no es pelearse con Estados Unidos, de ninguna manera. Hay que seguir dentro de lo que se pueda tolerar en una cordial relación, pero también abrirse al juego de los otros poderosos.
Ese simple reconocimiento de Alberto Fernández por el lugar donde lo dijo, a quien se lo dijo y la consecuencia que tendrá, desde mi punto de vista marcan un hito en las manifestaciones políticas. Nada más ver el ataque de locura de los medios opositores de comunicación con sus títulos de tapa, permite entender lo trascendente de esas palabras y la incuestionable verdad de que llevan en su vientre.
Vivir así no tiene decoro. Carece de elegancia espiritual. Afecta el sentido soberano vivir siendo el patio de atrás de un país cualquiera, en este caso Estados Unidos. Hay que abrirse al mundo y negociar, amigarse con todos los que sea posible. Ir al mundo, que venga el mundo. Que seamos un mundo, pero un mundo parejo y no dependiente.
Estados Unidos no quiere saber nada de la relación de la Argentina con Rusia. No quiso saber nada de la entrada del Sputnik V de ser posible, hubiera prohibido ese ingreso.
Estados Unidos metió gobiernos militares en el país. Asistió a Inglaterra en la Guerra de Malvinas. Le dio la plata a Macri para que ganara las elecciones. Hizo de todo para asegurar nuestra dependencia y para que sigamos viviendo como colonia. Ahora tenemos el cogobierno del fondo y el azote de una embajada en la sede oculta de la oposición de derecha eterna en la República Argentina.
Ni siquiera es necesario hacer una lista de las infamias parecidas, porque como en los tiempos de la colonia hay mercaderes locales que desean ser colonia porque a ellos les beneficia. Si la Argentina pudiera empezar de cero sería muy bueno abrirse a todo el mundo por igual.