La reconocida escritora argentina Angélica Gorodischer murió a sus 93 años en la ciudad de Rosario, confirmó este sábado su familia al medio local La Capital. Detallaron que murió “de causas naturales, sentada en su sillón preferido con vista al jardín, donde escribió gran parte de su obra”.
También agregaron que Gorodischer llegó a dejar una carta en la que aseguró: “No quiero morir en terapia ni en un sanatorio. Espero hacerlo en mi cama, tranquila, con alguien que me agarre de la mano. Tampoco quiero un velorio, y sí ser enterrada en un cementerio jardín, con flores, en un cajón ordinario, que se pudra pronto".
Nacida en Buenos Aires el 28 de julio de 1928, se radicó en Rosario siendo muy joven. En diversas ocasiones contó que desde niña ya quería ser escritora.
En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional del Litoral empezó a cursar una carrera, que abandonó para dedicarse a su familia. Luego trabajó de bibliotecaria en una editorial médica.
Su vasta obra literaria incluye novelas, cuentos y ensayos, entre los que se destacan títulos como "Kalpa Imperial", "Trafalgar" y "Mala noche parir hembra". Otras obras reconocidas fueron “Opus dos”; “Floreros de alabastro”; “La noche del inocente”; “Fábula de la virgen y el bombero”; “Doquier”; “La cámara oscura”; “Tirabuzón”; “Las señoras de la calle Brenner”; “Palito de naranjo”; entre otras.
En 1963 obtuvo el primer premio del Club del Orden, que significó la publicación de su primer libro: “Cuentos con Soldados” (1965). En 1964 ganó un concurso de la revista Vea y Lea con el cuento policíaco "En verano, a la siesta y con Martina". En 1988 le fue concedida una beca Fulbright, gracias a la cual participó en el International Writing Program de la Universidad de Iowa. En 1991, también con una beca Fulbright, enseñó en la University of Northern Colorado.
Brindó más de 350 conferencias, sobre todo sobre literatura fantástica y escritura femenina. Desde 1967 ha sido miembro de jurados de diversos premios literarios en Argentina y en otros países. En 2011 escribió “Diario del tratamiento”, en que refirió su lucha contra el cáncer que la aquejaba.