Los trabajadores nucleados en Jóvenes Científicos Precarizados (JCP), ATE Conicet y la Red Federal de Afectados se movilizaron ayer a la mañana al Polo Científico Tecnológico para reclamar la incorporación de los 500 becarios excluidos de la carrera de investigadores, un aumento salarial inmediato y el pago de los aguinaldos. Allí denunciaron, además, que el titular del Conicet, Alejandro Ceccato, sigue sin dar respuestas concretas y no reconoce su responsabilidad por la estabilidad de los becarios. “Se están pasando la pelota entre ellos y esto nos fuerza a pensar nuevas medidas de lucha”, resumió a PáginaI12 Alejandro Muntó, de JCP, quien explicó que desde la cartera de Lino Barañao tampoco se comprometen a asegurar la continuidad laboral de los investigadores.

Después de una breve ocupación del hall central del edificio ubicado en el barrio porteño de Palermo, los trabajadores se reunieron con Ceccato y con los gerentes de Asuntos Legales, Alan Temiño, y de Recursos Humanos del Conicet, Alberto Arleo. “Soslayaron su responsabilidad acerca del funcionamiento de la mesa de seguimiento (del conflicto) y dijeron que dependía del Ministerio de Ciencia, que aduce todo lo contrario”, contó a este diario Muntó, quien recordó que en la última reunión los mismos funcionarios habían ofrecido verbalmente la relocalización de 410 científicos en diferentes universidades nacionales por dos años, sin contemplar un salario equivalente ni la estabilidad laboral que preveía el tercer ítem del acta firmada en diciembre del año pasado. 

Los científicos movilizados denunciaron que las autoridades del Conicet todavía no brindaron los datos de las universidades que acogerían a investigadores y becarios, y advirtieron que se está negociando un acuerdo a puertas cerradas con las universidades, que contemplaría -según los rumores- enviar tres o cuatro científicos a distintos centros del país, lo cual significaría una relocalización masiva. Muntó advirtió que la estrategia oficial es convertir la mesa de negociación en una “mesa de información” que considera a los científicos “seres pasivos”.

Fernando Garelli, uno de los becarios afectados y delegado de la Red Federal de Afectados, resaltó a PáginaI12 que su propia estabilidad laboral y la de sus compañeros “está muy comprometida”. Con un doctorado en biología y un posdoctorado en educación, Garelli no sabe si después de estos dos años podrá seguir estudiando la problemática del dengue. El Conicet, mientras tanto, sólo ofrece dos años más de contrato como becario en una universidad que todavía no conoce.

“No se hacen cargo de nada, les propusimos que se pronunciaran pero nos dijeron que no tienen nada que ver. El Conicet es un empleador que se lava completamente las manos”, criticó Garelli, quien denunció que les quieren dar trabajos precarizados, de dos años, a personas que hace años trabajan en el campo científico.