El ex jefe de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual Julio César Castro fue procesado por amenazas, lesiones, violencia de género y abuso sexual de una ex pareja, y sus bienes fueron embargados por la suma de 800 mil pesos. El procesamiento, dispuesto por el juez de Instrucción Hernán López, fue comunicado a la jefa de los fiscales, la procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó.
Con la prueba reunida en el sumario, el juez procesó a Castro como autor de “amenazas simples, lesiones leves agravadas por haber sido cometidas contra una mujer y en un contexto de violencia de género y abuso sexual con acceso carnal reiterado”.
Los fundamentos del procesamiento expresaron que “en el mes de octubre de 2016, cuando el nombrado tenía el pliego en el Senado de la Nación para ser designado como Juez Federal, le dijo a la víctima en el interior de la casa de ésta ‘cuando yo sea juez, vos no existís más’”. La acusación describió otro episodio, que habría ocurrido entre el 8 y 16 de octubre de 2016 en Mar del Plata, cuando Castro fue acusado de haber forzado a su pareja a mantener relaciones sexuales, profiriendo frases agresivas.
En otra oportunidad, para el cumpleaños de la mujer, el entonces fiscal “le regaló un ramo de flores podridas y dos DVD y le dijo ‘esto es lo único que vos te merecés, una persona como vos se merece esto y no más’”. Castro, según la acusación, manifestó en ese marco que la mujer “era vieja para él, que tenía comportamientos de adolescente y le daba vergüenza que lo identifiquen con tener una relación con ella”.
“Yo amé a esa mujer, yo reconozco que teníamos una relación conflictiva. Jamás, jamás le hice daño, jamás sería capaz de abusar sexualmente de una mujer”, se defendió Castro en su indagatoria.
El fiscal, de ese modo, fue procesado por “haber proferido frases intimidantes, provocado lesiones y abusado sexualmente” a su ex pareja. El juez corroboró la relación conflictiva, sobre la base del “contenido de las charlas entre el imputado y la acusadora particular, corroboran en gran medida la relación sentimental que los unía, esta cuestión de discutir, alejarse y después volver ambos a relacionarse, siendo esto una constante en la pareja”.
El magistrado, tras evaluar informes psicológicos de Castro y la mujer, concluyó que “el panorama descripto y conformado con las pruebas reunidas en el sumario impide atribuir verosimilitud a los argumentos que utilizó el imputado en su descargo, y que pretendió hacer valer con los elementos probatorios que arrimó a la pesquisa”. “Entiendo que la homogeneidad y coherencia de los elementos ya reunidos, en especial de aquellos reseñados párrafos antes, permiten acreditar, con las exigencias propias de la etapa en la que transita la investigación, la materialidad de los sucesos ventilados y la participación de Julio César Castro en su comisión”, manifestó el juez.
En diálogo con este diario, Federico Paruolo, amigo de la querellante, a la que le está brindando asesoramiento técnico, expresó: “Esta no es la única denuncia. Hay tres o cuatro más por acoso laboral. E incluso una por una serie de mensajes por Twitter con una chica de 14 años. Castro dijo después que no se había dado cuenta de que era tan chica. No es creíble”.
Y con respecto a este caso en particular, contó: “A mi amiga se le hizo todo muy difícil. Tuvo que presentar la denuncia en el mismo ámbito en el que él tiene poder, son sus amigos, sus compañeros, sus empleados. Y así y todo lo hizo. Los peritajes demuestran que no miente, que no es una fabuladora. Aunque hubo algunas cosas densas, como que la perito de ella primero dice que Castro es violento y en su informe cambia y habla de una relación violenta y describe a Castro como neurótico”. “Mi amiga cuenta que en la relación siempre hubo golpes, muchos celos. Y que él siempre hacía valer su poder, le hacía notar que era un fiscal y que le podía arruinar la carrera”.
Y concluyó: “La Justicia no se está manejando bien. La Procuración no está avanzando como debería contra Castro. Hay una reacción corporativa por la que se tapan entre ellos. Por eso fue tan difícil presentar esta denuncia”.
Castro, representante del ministerio público ante tribunales orales de esta capital y ex titular de la Unidad Fiscal contra Delitos Sexuales (Ufisex), también fue demandado por su ex pareja en el fuero civil y afronta un proceso de juicio político impulsado por Gils Carbó. En el proceso que podría concluir con su remoción, Castro también fue denunciado por un supuesto abuso sexual contra una ex empleada de su fiscalía.
En 2007 Castro fue designado por la Procuración General de la Nación como director general de la unidad fiscal especializada creada ese año para investigar y realizar un mapa de los delitos contra la integridad sexual, la trata de personas y la pornografía infantil en el ámbito porteño.