El exvicepresidente de Bolivia hasta 2019, año en que renunció junto a Evo Morales tras el golpe de Estado, Álvaro García Linera, analizó este domingo la actual organización del gobierno de Luis Arce. Explicó cómo se dan, a su entender, los liderazgos. Planteó, además, los desafíos que tiene por delante la gestión para lograr la "estabilidad y reconducción democrática".
"Arce es una segunda generación de luchadores sociales. Viene más de la academia. Pero también de la militancia socialista. Corresponde a este momento, donde no existen las grandes insurrecciones del 2000, 2003 y 2005, sino resistencias y voluntades para recuperar la estabilidad y la reconducción democrática", comenzó exponiendo por AM750.
En Una vuelta al mundo, señaló: "Es un líder político. Es el Presidente. El que toma las decisiones del país. En coordinación con sectores sociales". Sin embargo, aclaró: "Aunque, evidentemente, el liderazgo carismático de Evo es algo que va a durar los siguientes años".
"Esté o no esté en gestión de gobierno. La adhesión emotiva, carnal, que ha logrado con la gente humilde Evo es algo que no se puede borrar. Independientemente de si se dedica a dar cursos a los jóvenes, estar en su parcela cultivando, es algo que va a jalar a las personas", enfatizó.
Luego, en vinculación con Arce, García Linera comentó: "Los nuevos líderes que están surgiendo tienen que entender eso. Puede haber nuevos líderes políticos gubernamentales con toda la legitimidad del mundo, pero hay un liderazgo social histórico que va a acompañar". Rápidamente, aclaró: "No va a ser un estorbo ni una disputa. Va a acompañar esos liderazgos políticos".
El rol de las organizaciones sociales
En este punto, García Linera enfatizó en una particularidad del sistema de poder en Bolivia: "Nuestro proceso político tiene una característica que es el poder de las organizaciones sociales indígenas, campesinas y barriales".
"Es un poder que la gente conquistó en base a insurrecciones. Este discurso del individualismo competitivo es quebrado con la emergencia de lo colectivo, de lo plebeyo. Y la virtud que tiene este empoderamiento social de organizaciones sociales es de que convierten su fuerza de masa en fuerza electoral. Eso le va a dar a Evo las victorias con más del 50 por ciento de la votación", agregó.
"Luis Arce es Presidente por voluntad política, por el protagonismo de estas organizaciones sociales. El MAS no es un partido político de cuadros, formados en estructuras pequeñas. El MAS es una confederación flexible de organizaciones y movimientos sociales", sostuvo.
De este modo, el exvicepresidente consideró que "cualquier cosa que vaya a pasar en el MAS, quién será el futuro candidato, cómo estará el presidente actual, siempre es en vinculación con estas organizaciones".
"La candidatura de Luis ha surgido en diálogo con sectores y movimientos sociales. Este proceso de cambio tiene esa cualidad. Ha de existir en tanto haya fuerza política de los movimientos sociales. Va a ser débil cuando esos movimientos se fragmenten o implosionen".
Los dos liderazgos
En este punto, García Linera dividió el liderazgo en Bolivia en dos puntos claros y separados: el político, en las manos de Luis Arce; y el social, en las de Evo Morales.
"Sobre esta base hay un líder social y político, Evo Morales; hay un líder político y gubernamental, Luis Arce; y, en este triángulo, junto a las organizaciones sociales, tiene que haber un conjunto de articulaciones, no siempre fáciles", apuntó.
Esto implica un cambio: "Antes liderazgo social iba junto a liderazgo político, eso era Evo. Ahora el liderazgo político es Luis Arce y el liderazgo social sigue siendo Evo. Y la base de ambos son los movimientos sociales".
"Entonces entre los tres habrá algunos momentos de aspereza o de virtuosa articulación, pero es un triángulo social político muy novedoso que hay que saberlo regular a lo largo del tiempo", comentó. "Los primeros meses hubo ciertas aspereases, pero ahora se fueron creando mecanismos, y ojalá que queden institucionalizados, de articulación", concluyó.