La actriz Selva Alemán recordó los días de infancia y varias anécdotas con su padre, el guitarrista y virtuoso del jazz autóctono, Oscar Alemán.
En diálogo con Hugo Paredero, Selva recordó que, cuando tenía aproximadamente 16 años y estudiaba en el Conservatorio de Arte Escénico, la convocaron para un pequeño papel en un programa de Silvia Legrand.
De esta manera, "adoptó" el apellido por el que se hizo conocida toda su carrera: "En esa época se usaba mucho cambiarse el nombre y apellido, no se por qué. Selva es mi verdadero nombre y Alemán es prestado, pero yo lo adopté como mío".
En ese momento ya hacía ocho años que Oscar Alemán estaba en pareja con la madre de Selva, la gran actriz Carmen Vallejo. "Lo que pasa es que él fue mi verdadero papá. A mi papá (biológico) no lo conocí. Me acuerdo cosas como por ejemplo, que me enseñaba a comer, a utilizar el tenedor y el cuchillo, teniendo yo cuatro añitos. Y me acuerdo que nos llevaba a pasear por todos lados a mi hermana y a mí, al zoológico, al Botánico, al Museo de La Plata", rememoró.
Una infancia feliz
La actriz sostuvo que Oscar era "una persona muy sensible y muy cariñosa" con ella y su hermana. "Todos los días armábamos un cuento y una historia distinta. A él le encantaba, en algún momento del día, ponerse a tocar la guitarra y que nosotras cantáramos y bailáramos, porque éramos muy chiquitas con mi hermana. Fue una una infancia muy genial y, realmente, él era muy amoroso con nosotros", agregó.
La relación de Oscar y su mamá
"Yo no me daba cuenta de esas cosas, pero él era muy picaflor", dio Selva recordando graciosamente eventos en la casa de su infancia. "Mi mamá lo amaba y lo adoraba", dijo.
"Lo que sí me acuerdo es que se armaban unos escándalos en mi casa. Volaban platos, mates", contó entre risas.
El problema radicaba, según la actriz, en que Oscar trabajaba en bares hasta muy tarde y su madre también (en el teatro), aunque él llegaba más tarde, entonces allí comenzaban las discusiones.
"Pero se amaban con locura. Yo creo que, quizás uno de los problemas, es que eran demasiado jóvenes, algo de lo que yo me doy cuenta recién ahora", indicó.
El reencuentro
Luego de varios años sin contactarlo, ya que Oscar se había separado de Carmen y se había vuelto a casar con otra mujer, Selva decidió -junto a su marido, Arturo Puig- ir a verlo donde tocaba sin avisarle, a modo de sorpresa.
"Cuando me vio se quería morir. Estaba muy emocionado porque hacía unos años no nos veíamos. De inmediato llamo a su asistente para que le llevara otra ropa y zapatos porque, según él, no podía salir así a dar su show estando ella presente", recordó.
"No recuerdo cuando fue la última vez que lo vi. Mirá que curioso: el primer premio que gané en mi vida -el Martín Fierro a la Revelación en TV- me o entregó él en el escenario. Mi mamá estaba en la mesa conmigo pero se puso muy celosa", contó.