Pasan cosas raras en el primer día de clases. Porque es como un empecinamiento de Larreta empezar las clases en febrero, tener 5 días de clase, y después un finde largo de 4 días… un absurdo total. Más allá de la contradicción permanente de su preocupación por las clases pero su total falta de inversión en educación. Y ni hablar de la ministra porteña, que sabe menos de educación que Miauricio de gramática.
Pero, más allá de todo eso, los pibes tienen que ir a clases, sin protocolos, sin barbijo, y hasta sin vacantes. Y hoy, el primer día de clases, es para muchos chicos un día crucial en su vida: es el día en el que te das cuenta, rápidamente, si el año que comienza va a ser un calvario, ya sea por los compañeritos que te tocaron, o por el docente que te tocó.
Hay síntomas de que la vas a pasar mal si el que se sienta al lado tuyo antes de decirte buen día ya se te morfa la vianda y se te queda con tus zapatillas y tus crayones. Pero no solo los compañeritos pueden ser un problema. También pueden ser los docentes.
Que también de entrada ya te dan a entender qué te va a pasar, por ejemplo: la forma en que borra el pizarrón. Si lo hace prolija y calmadamente, tratando de no levantar polvo, vamos bien.
Ahora: si borra como si tuviera ganas de perforar el pizarrón con el borrador, o si después de borrar frenéticamente golpea el borrador contra la pared y aspira el polvillo… va a ser un año complicado.
Y también están las cosas que te dicen de entrada. Por eso, le pedí a la división "Señorita, ¿puede repetir?".
Algunas de las frases que no querés escuchar de tu docente en el primer día de clases
- Soy la Srita Estela Giménez, pero si la policía pregunta, digan que soy la señorita Montiel.
- Estoy aquí para acompañarlos durante todo el año, aconsejarlos y cualquier cosa que necesiten, no lo duden: jugarle unos pesos a la quiniela, entradas al casino… me avisan.
- Ustedes son 35, y yo una sola. Pero no se preocupen, que en cuanto se me pase la resaca, soy buena recordando nombres y apellidos.
- El docente no tiene una silla donde sentarse. Tiene una reposera.
- Bien alumnos queridos: yo sé que la ministra no quiere palabras difíciles, pero yo tengo mis propios protocolos: y esos incluyen que usen barbijo, que usen alcohol en gel y si se sienten mal, tomar la temperatura en forma rectal.
- El resultado no es lo importante para la nota. Mucho más relevante es la habilidad para lavarme el auto, o plancharme la ropa.
- Yo les recomendaría pasarse al turno noche, porque se puede aprender mucho más sobre las estrellas gracias a los agujeros que hay en el techo del aula.
- Y no se preocupen por las notas. No son importantes, total ninguno de ustedes va a llegar a la universidad…
- Yo soy la maestra suplente. La titular volverá en cuanto el abogado le consiga el 2 x 1.
- Para mi lo importante es la disciplina. Esto que ven acá es el cuaderno de comunicaciones, esto es un parte de amonestaciones, y esto… es una colt 45 semi automática, cargada. ¿Ok?
- Buenos días, alumnos. Soy la docente que los acompañará todo este año si Dios quiere. Mi nombre es Zoe, Zoe Cositorto.