La Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, en Salta, condenó este viernes al obispo emérito Gustavo Zanchetta a cuatro años y medio de prisión por abuso sexual agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso contra dos seminaristas que lo habían denunciado. En el mismo fallo se ordenó su inmediata detención, informaron medios locales.
Tras el veredicto del tribunal, integrado por María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos, Zanchetta fue esposado en la sala de juicio y trasladado a la Unidad Regional N 2, que pertenece a la provincia, hasta que haya un cupo en la Unidad Carcelaria de Orán, informaron a Télam fuentes judiciales.
La misma pena había sido solicitada este jueves por la Fiscalía, integrada por la fiscal Soledad Filtrín y su par Pablo Rivero, con argumentos basados en informes psicológicos y psiquiátricos realizados al exobispo en el juicio que inició la semana pasada en la localidad mencionada.
Por otra parte, en la jornada de este jueves la defensa de Zanchetta había solicitado la absolución total. Al terminar la audiencia de debate, el ahora condenado no había hecho uso de su derecho a decir las últimas palabras.
El caso
Jóvenes aseguraron que, cuando se preparaban para ser sacerdotes, el condenado entraba a sus habitaciones, les pedía "masajes" y que incluso lo vieron "abrazar por atrás" o meterles "el dedo en la boca" a las víctimas.
Una de las dos víctimas aseguró en la primera jornada del juicio que sufrió diferentes situaciones de connotación sexual en la casa parroquial San Antonio, en el edificio del Seminario Juan XXIII y también en la casa del exobispo.
El denunciante restante testificó haber sido abusado por el sacerdote en 2017 también en el Seminario Juan XXIII, y en un domicilio particular situado en el pueblo de Los Toldos. Por su parte, Zanchetta negó todas las acusaciones en su contra.
Además de la causa por abuso sexual, la Justicia salteña investiga una presunta estafa al estado o administración fraudulenta cuando Zanchetta era el obispo de Orán.
El sacerdote renunció a su cargo en 2017, tras argumentar problemas de salud. Luego, abandonó Argentina y se fue a vivir a España, donde fue nombrado como asesor del ente para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.