Las denuncias de Elisa Carrió siempre caen como una bomba en Balcarce 50. No obstante, de a poco, hay una suerte de  acostumbramiento a las salidas que tiene la aliada de Mauricio Macri. En el macrismo nadie sueña con poder evitar el fuego amigo de sus denuncias, pero hay una estrategia: desde hace tiempo que José Torello –amigo personal del presidente y jefe de sus asesores, en ese orden– se viene ocupando de la contención de la dirigente. Además, las principales figuras del PRO le dedicaron tiempo en las últimas semanas en cenas, actos y encuentros. Todo para evitar que la líder de la Coalición Cívica salga con denuncias como la que presentó contra los funcionarios que dependen de Juan José Aranguren.
En la última entrevista que dio, el presidente valoró su estado actual de relación con Carrió, comparado a cómo era hace unos pocos años, cuando era blanco permanente de la dirigente. Desde el primer día de gobierno, la líder de la CC dejó en claro que seguiría su propia agenda: se lanzó contra el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, a quien quiere remover por juicio político. El ministro de Justicia, Germán Garavano, tuvo que hacer malabares para no chocar con ella al tiempo que aclaraba que la posición no era del Gobierno, sino de la diputada a título personal.
Luego siguió la polémica por Daniel “El Tano” Angelici, que continúa hasta el día de hoy. Carrió lo acusó de ser un operador judicial, razón por la que Angelici hoy enfrenta una causa judicial. Pero sucede que Angelici es uno de los integrantes de la mesa chica PRO. El presidente de Boca es desde hace años uno de los consejeros más activos del presidente en cuestiones judiciales. No es una persona de la que Macri piense desprenderse y se lo hizo saber a Carrió.
El tema lo trataron por primera vez en una reunión en Olivos a la que fue invitado de emergencia el dirigente radical Ernesto Sanz. Por supuesto, Carrió les dejó claro a ambos que no existían posibilidades de “domesticarla”. El macrismo, de todas maneras, no pierde las esperanzas. Torello, otro de los contertulios de Macri (lejano a las posiciones de Angelici), tomó a su cargo mantener el vínculo con la dirigente, a la que los macristas vienen cortejando en actos y cenas.
En el lanzamiento de la mesa nacional de Cambiemos se escenificó esa relación, entre chistes y tensión procesada en público. Macri venía hablando de las discusiones que tenía con el radical Gerardo Morales.  “Ni les digo con este angelito celeste que tengo acá al lado. Las cosas que pasaron...”, dijo en alusión a cómo estaba vestida Carrió.  “¡Y las que seguirán pasando!”, le retrucó Carrió, risueña. 
Sin resignarse, Macri la invitó a asados y a cenar a Olivos en las últimas semanas. En todos los encuentros estuvo Torello. Tanto la gobernadora María Eugenia Vidal como el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, estuvieron acompañándola el fin de semana pasado en el acto que hizo por los 15 años de la Coalición Cívica. Anteanoche, Vidal cenó con ella y con el secretario Legal y Técnico bonaerense, Julio Conte Grand.
En el entorno de Vidal no vieron relación entre las denuncias y la interna bonaerense de Cambiemos. “Ella elige cuándo dar sus batallas, pero no dependen de un contexto político en particular”, indicaron. Un intendente de Cambiemos interpretó lo mismo. 
De hecho, Carrió le dijo a Vidal en la cena que recién en marzo decidirá si va por provincia o por la Ciudad de Buenos Aires. En torno a esto, los macristas trazan distintos escenarios para analizar la conveniencia de la presentación de Carrió: “No es lo mismo si se presenta CFK que si no. Lo mismo con Massa. No hay que adelantarse”, advirtió uno de los funcionarios más cercanos a Vidal. Un integrante de la cúpula nacional describía la relación con Carrió de esta forma: “Ella nunca pidió cargos. Carrió es noble y espera le des lo que le corresponde”.
El fin de semana pasado, la tensión escaló en la interna bonaerense cuando Carrió le apuntó a su potencial adversario, Jorge Macri. Sostuvo que el intendente de Vicente López no puede ser candidato el año que viene porque “tiene problemas de corrupción”. Rápido de reflejos, el dirigente del PRO salió a ponerse a disposición para mostrar que ninguna de las denuncias en su contra prosperaron. Carrió no recogió el guante. 
En los últimos días, no obstante, la líder de la CC volvió a advertir que no cederá. “Hay dos cuestiones innegociables: Lorenzetti y Angelici. Para mí es innegociable y para el presidente, también”, aseguró. Sobre Angelici, Carrió insistió que no se puede mezclar el Poder Judicial, la relación con las barrabravas y el negocio del fútbol. 
No es sorpresa ya para los macristas, entonces, la denuncia contra los tres funcionarios de Aranguren, a los que acusó de tener incompatibilidades que tenían como CEO. La presentación judicial impacta, de paso, sobre la tarea de la secretaria de Lucha contra la Corrupción, Laura Alonso, quien está a cargo de controlar si existen conflictos de intereses. Justamente, Alonso tuvo su ascenso en el PRO como protegida de Angelici. Carrió, al parecer, no olvida.