Al cumplirse 20 años del secuestro y desaparición de María de los Ángeles "Marita" Verón, este domingo su mamá, Susana Trimarco, le escribió una carta que fue publicada por La Garganta Poderosa.
"Mi amada hija, ya pasaron 20 años desde que no estás y todavía te extrañamos, te amamos y te esperamos", comienza la carta de Trimarco, que se convirtió en una figura central en el país en la lucha contra la trata de personas a través de la Fundación María de los Ángeles.
Allí le cuenta que su nieta, Micaela, que al momento de la desaparición de su mamá tenía tan solo dos años, "ya es una mujer independiente, inteligente, una hermosa persona", y que "se transformó en mi sostén fundamental, porque me cuida y está pendiente de mí". Y que se sentiría orgullosa de ella, porque es su "réplica". "Amorosa, cariñosa, alegre, le gustan las plantas, los animales, cocinar, es fuerte, inteligente, solidaria, ¡me recuerda a vos a cada instante!", le escribió.
"Lo que más deseamos Mica y yo es que regreses", agregó. Y en otro tramo de la carta le dice: "Ojalá algún día estés al lado mío en esta lucha, y que podamos proteger y rescatar a otras mujeres de la maldita trata de personas que te arrancó de acá". "Siempre te espero, Marita. Cada hora de mi vida, cada minuto, cada segundo…", culmina.
Desde este lunes, además, la Fundación creada por Trimarco para ayudar a otras víctimas de trata, realizará en Tucumán una serie de actividades que contará con stands con información, charlas y capacitaciones dirigidas por abogados, trabajadores sociales y psicólogos especializados en la temática.
Una causa que cuenta con condenas y absoluciones pero no logró dar con su paradero actual
A 20 años del secuestro y desaparición de la joven, que hoy tiene 42 años, la justicia dictó condenas y dispuso absoluciones, pero aún no logró descubrir el paradero actual, luego de que fuera raptada desde un auto el 3 de abril de 2002, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, cuando tenía 22 años.
Desde ese día, Trimarco llevó adelante en soledad una investigación que permitió a la justicia concluir que había sido captada por una red de trata de personas, que operaba en La Rioja con fines de explotación sexual y estaba vinculada con el clan Ale, un grupo delictivo de Tucumán.
En 2012 la causa finalmente se elevó a juicio, con 13 acusados, entre los que estaban los hermanos María Jesús y Víctor Rivero, la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina, los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez, Daniela Natalia Milhein, Andrés González, Carlos Alberto Luna, Domingo Pascual Andrada, María Azucena Márquez, Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
El juicio oral culminó en diciembre con la absolución de todos los imputados, medida que generó gran conmoción social y que, a fines de 2013, fue revocada por la Corte Suprema provincial, que ordenó que una nueva sala fije una pena a 10 de los 13 acusados.
Así, la justicia consideró coautores del delito de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución de la joven a los hermanos Gómez, que fueron condenados a 22 años de prisión, y a Milhein y González (18 años). También se condenó como partícipes necesarios a Luna y Andrada (17 años); Márquez (15 años); Derobertis (12), Bustos y Gaitán (10 años).
La sentencia no quedó firme, por lo que a finales de abril de 2017, la sala II de la Cámara Penal ordenó la detención de los condenados, quienes recién entonces comenzaron a cumplir su pena.
En tanto, los hermanos Rubén "La Chancha" Ale y Ángel "Mono" Ale, a quienes Trimarco siempre vinculó con la desaparición de su hija, fueron detenidos junto a otras cuatro personas en una causa por lavado de activos, impulsada por la Unidad de Investigación Financiera (UFI) a partir de las denuncias de la madre de Marita.
En abril de 2018 fueron condenados a 10 años de prisión por ser considerados jefes de una asociación ilícita dedicada al lavado de activos, y actualmente, se encuentran en libertad condicional tras haber cumplido parte de su pena en prisión, informó Télam.
La carta completa a Marita Verón
Mi amada hija, ya pasaron 20 años desde que no estás y todavía te extrañamos, te amamos y te esperamos. Te cuento que Sol Micaela, tu hijita que tenía tan solo dos años cuando te secuestraron, ya es una mujer independiente, inteligente, una hermosa persona. Ella me hace reír mucho y se transformó en mi sostén fundamental, porque me cuida y está pendiente de mí. Sé que hoy estarías orgullosa de ella, es tu réplica: amorosa, cariñosa, alegre, le gustan las plantas, los animales, cocinar, es fuerte, inteligente, solidaria, ¡me recuerda a vos a cada instante!
Lo que más deseamos Mica y yo es que regreses y que juntas podamos compartir todas las cosas que hacíamos antes. Anhelo encontrarte, porque tengo la esperanza de que nosotras tres, unidas, tenemos una potencia increíble. Ojalá algún día estés al lado mío en esta lucha, y que podamos proteger y rescatar a otras mujeres de la maldita trata de personas que te arrancó de acá.
Es imposible olvidar tu voz, tus comidas ricas, tu llamado de todos los días, tus mates. Extraño cada uno de los momentos que pasábamos juntas. Hoy muevo montañas gritando tu nombre y me gustaría tener alas y saber donde estás para sacarte de ahí, de ese lugar tan pero tan perverso. Le pido a Dios que nunca me quite las fuerzas que tengo para seguir buscándote: estoy segura de que te voy a encontrar.
Siempre te espero, Marita. Cada hora de mi vida, cada minuto, cada segundo… Lo que más quiero en estos momentos es abrazarte y que nunca más nadie nos separe. Si desde algún lado podés leer esta carta, espero que sepas que te amo con todo mi corazón. Hija, mamá no va a descansar: voy a seguir buscándote.
Tu mamá, Susana.
Línea 145: para denunciar delitos de trata y explotación de personas. Las 24 horas. Gratuita, anónima y nacional.