En medio de la alarmante situación del país por los femicidios y crímenes de odio contra las mujeres, un municipio de Concordia creó una Secretaría de Masculinidad para "prevenir e impulsar políticas contra la violencia de las mujeres hacia los hombres".
La medida fue adoptada por la Municipalidad de Concordia y ya fue repudiada por distintas organizaciones feministas y de diversidad sexual, quienes reclaman el fortalecimiento de las medidas contra la violencia machista.
‘‘Existen numerosas organizaciones, en nuestro país que velan por la no violencia contra la mujer, pero no existen organismos del estado que protejan al hombre cuando es víctima de un contexto de Violencia Familiar", justificó el director de Gestión Preventiva de Concordia, Miguel Gallo.
‘‘Como tenemos registrados numerosos casos, creímos necesario en crear un ámbito donde podamos atender estas situaciones y poder contener al varón víctima de violencia acompañándolo con asistencia legal y la protección tanto física como psicológica, por lo que estamos desarrollado, talleres y charlas de Concientización, Prevención, y asesoramiento", argumentó el funcionario municipal.
Gallo sostuvo que en la actualidad "es difícil" que un hombre realice una denuncia por violencia o maltratos por "la vergüenza cultural" que el hecho acarrea.
En ese sentido, puntualizó que los hombres sufren la falta de apoyo jurídico, problemas de credibilidad, el miedo al ridículo, y la falta de Instituciones especializadas en atención de hombres víctimas de violencia.
La oficina de Masculinidad ya está en funcionamiento y atiende cinco horas por día. Según indicó el funcionario "bajo total reserva".
Las políticas del gobierno contra la violencia machista
A a la inversa, el ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad impulsa distintas políticas, programas e iniciativas a para luchas contra la violencia machista. En ese marco, una propuesta es abordar las masculinidades.
En el marco del programa Masculinidades sin violencias, la cartera que conduce Elizabeth Gómez Alcorta propuso el diseño e implementación acciones y políticas "para derribar los patrones sociales y culturales que moldean los estereotipos, las identidades y las relaciones entre los géneros y que son condición de posibilidad de las violencias por motivos de género, en sus múltiples manifestaciones".
Qué hacer con el patriarcado
Matías de Stéfano Barbero, doctor en antropología (UBA), miembro del Instituto de Masculinidades y Cambio Social y autor del libro "Masculinidades (im)posibles. Violencia y género, entre el poder y la vulnerabilidad", sostuvo en los últimos tiempos la violencia que ejercen los varones contra las mujeres dejó de ser algo naturalizado para transformarse en un problema que interpela a sociedad.
En ese contexto la relevancia que tiene la necesidad de conocer cómo se articulan masculinidad y violencia, y qué se podría hacer desde los individual y colectivo para desanudar esta problemática.
"El papel de la violencia en la masculinidad empieza a ser relevante mucho antes de los hechos que los llevan a formar parte de los grupos. La violencia no sólo está presente a lo largo de sus historias de vida, sino que tiene un papel fundamental, fundacional, para sus masculinidades. Parafraseando a Simone de Beauvoir, hombre no se nace, sino que un "hombre de verdad" se hace, a través de la exposición a diferentes formas de violencia", expresó de Stéfano Barbero en declaraciones a Télam.
"Todo aquel niño que no se adecúe a lo que se espera de él en esta sociedad -y lo cierto es que difícilmente lo hacemos por voluntad propia-, sufrirá las consecuencias, en una lógica cruel que amenaza: ´si no estás con la manada, te volverás su presa´, agregó.
En ese sentido, el antropólogo definió a la masculinidad como un privilegio "que se paga por adelantado", que se forja sobre el miedo a sufrir violencia, a la vergüenza y a la humillación, sobre la soledad, el secreto y el silencio sobre las propias emociones, sobre el rechazo a todo lo que suponga una posición de vulnerabilidad. "Como si tratara de un pacto amañado, entregamos parte de nuestra humanidad por una promesa de poder, que hoy más que nunca se cae a pedazos", señaló.
De Stéfano Barbero que la violencia masculina busca "el poder, pero nace de la impotencia de quienes no lo tienen". "Podemos considerar que la violencia no es la máxima expresión de un conflicto, sino que aparece ahí donde no hay lugar para construirlo".
Ante esta situación, el especialista dijo que para transitar el camino hacia un mundo libre de violencia, la sociedad debe preguntarse necesariamente cómo se produce y reproduce la violencia en nuestras comunidades, cuánto de ella tiene que ver con el género, cómo se vinculan el sufrir la violencia y el hacerla sufrir y cuánto de la violencia nos habla del poder y de la vulnerabilidad. "De las respuestas que tengamos para esas preguntas dependerá si nos alejamos o acercamos a ese otro mundo posible que insistimos en construir".