Más de 93 millones de mexicanos están habilitados para votar este domingo 10 en el revocatorio del mandato que convocó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de 68 años. El mandatario mexicano someterá a prueba a uno de sus principales capitales políticos: el alto nivel de popularidad que acumuló en los primeros tres años de gobierno y que venía cimentando desde antes. 

El 67% de los mexicanos quiere que AMLO termine su mandato, según una encuesta que publicó este miércoles 5 el diario El Financiero. El 66,72% de la población aprueba su gestión, una cifra superior a los niveles que tenía en enero, según reveló unos días antes la encuestadora Poligrama. Otros estudios de opinión pública muestran una tendencia a la baja, aunque siempre en niveles de popularidad altos, en comparación con otros presidentes de América Latina.

Para comprender esa acumulación, en esta nota repasamos algunos de los principales hitos en sus más 40 años de trayectoria política, pautados, entre otras cosas, por sucesivas denuncias de fraude electoral y enfrentamientos con las autoridades electorales

Los comienzos políticos de AMLO

TabascoCarlos Pellicer y PRI son las palabras clave para hablar de los comienzos de la carrera política de Andrés Manuel López Obrador. Además de su ciudad natal, Tabasco es el lugar en el que AMLO conoció a uno de sus principales mentores culturales y políticos: el poeta Carlos Pellicer, a quien conoció en esta zona del sureste de México a principios de la década de 1970.

"El maestro Pellicer era un hombre entero, con ideales, principios y un sentido del humor incomparable... Después de Pellicer, todos los tabasqueños somos de segunda", lo recodró AMLO, en una entrevista con el semanario Proceso.

Pellicer fue poeta, museógrafo y político, y en varios trabajos se destaca que la influencia que ejerció en un joven López Obrador fue definitoria para todo lo que vendría en el futuro. En uno de los 17 libros que publicó, AMLO se define, sin más, como "pelliceriano". "Mi relación con él fue muy estrecha y definitoria, porque conocí al maestro Pellicer en una etapa formativa muy importante para mi vida", declaró López Obrador, consultado por sus primeros pasos en la política y el activismo social.

AMLO se afilió al PRI a mediados de la década del 70 para trabajar por una candidatura de Pellicer al Senado. Ese vínculo inicial con el PRI, el partido que gobernó México durante la mayor parte de su historia, le costaría luego duras críticas a AMLO, ya que desde otras filas sería luego muy crítico con el partido que gobernó el país de 1929 a 2000.

Pellecer es considerado uno de los grandes poetas mexicanos y su formación en museografía lo acercó a la temática indígena y su llegada a la política está ligada a la defensa de los derechos de los pueblos originarios, en particular de la etnia maya chontal, una cultura muy influyente en esa zona del país.

Lóperz Obrador estuvo al frente del Centro Coordinador Indigenista Chontal y en 1977 fue nombrado delegado del Instituto Nacional Indigenista (INI) en Tabasco, un cargo en el que estuvo cinco años.

AMLO y Pellicer también tuvieron en común la impronta de un activismo político juvenil de corte “hispanonamericano”, la influencia de la figura de Simón Bolívar y el interés por la historia política de Colombia y Venezuela.

Cuando Pellicer se postuló por el PRI, AMLO tuvo dudas. "Su decisión no me convencía porque en ese tiempo era yo radical. Ahora ya no, aunque se piense lo contrario", repasó en la ya citada entrevista con Proceso. "Era un candidato priista bastante peculiar, con defensas apasionadas en favor de los (indígenas) chontales y del nacionalismo, en contra de las dictaduras. Así lo recuerdo, con su espíritu latinoamericano, sobre todo exaltando a Bolívar", agregó.

En su libro "La mafia nos robó la presidencia", AMLO se define como “de izquierda y pelliceriano, porque este maestro protestó por la injusticia social y escribió poemas en voz alta, siempre llenos de esperanza". AMLO permaneció vinculado al PRI hasta 1988.

La llegada al PRD

La historia reciente de la izquierda mexicana está estrechamente vinculada a la trayectoria del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fundado en 1989 tras la experiencia electoral del Frente Democrático Nacional (FDN) en las elecciones del año anterior. Con los años, el PRD se consolidaría como la segunda fuerza política nacional en los comicios de 2006 y 2012.

En el núcleo fundador del PRD aparecen figuras como Cuauhtémoc Cárdenas SolórzanoPorfirio Muñoz Ledo y el propio AMLO, que fue nombrado presidente perredista en Tabasco. En el nacimiento de este partido de izquierda confluyen las corrientes progresistas del PRI -nucleadas en las críticas a la “mafia del poder”- y los sectores más tradicionales de la izquierda mexicana (socialistas, comunistas, obreristas, ex guerrilleros amnistiados).

AMLO había sido candidato a la gobernación de Tabasco en 1988 por el FDN, pero perdió la elección con el candidato del PRI y denunció fraude, una práctica que repetiría luego en posteriores comicios en los que resultó derrotado. Los pormenores de esta elección están plasmados en su tercer libro “Tabasco, víctima de un fraude”, publicado en 1990.

Un año después, en las elecciones estatales en Tabasco de 1991, AMLO volvió a denunciar fraude en seis municipios en que triunfó el PRI y en los que el PRD consideraba que había ganado, entre ellos Nacajuca, Cárdenas y Macuspana. En protesta, el entonces líder local perredista inició una marcha a pie desde Villahermosa, la capital de Tabasco, hasta la capital del país, a la que denominó “Éxodo por la Democracia”, que provocó la renuncia del gobernador del Estado, Salvador Neme Castillo.

AMLO volvió a competir por la gobernación de Tabasco en 1994. Otra vez fue derrotado por el candidato del PRI -aunque por un margen más estrecho- y nuevamente denunció acciones fraudulentas de las autoridades del entonces llamado Instituto Federal Electoral. Todos estos acontecimientos -la caravana en protesta y las denuncias de fraude- aparecen en el libro “Entre la historia y la esperanza: corrupción y lucha democrática en Tabasco”, publicado en 1996. Entre 1996 y 1999, AMLO ejerció la presidencia del PRD.

Este cargo nacional lo catapultó luego a la mayor responsabilidad que tuvo antes de llegar a la presidencia del país: AMLO asumió la jefatura de gobierno del Distrito Federal (DF) de México en diciembre de 2000, electo para un periodo de seis años.

En ese mandato ya marcó algunas de las principales señas de identidad de su estilo de gobierno. Inauguró la modalidad de ruedas de prensa diarias a las 6.00 de la mañana y convocó a consultas populares para definir la continuidad de su mandato.

El final de su gestión en el DF estuvo marcado a fuego por un proceso de desafuero en su contra que iniciaron los opositores del PRI y el PAN, a partir de un pleito judicial por la expropiación de un predio (El Encino) y una acusación de desacato a una orden judicial por parte de la Procuraduría General de la República (PGR). 

Las denuncias y una votación negativa en el parlamento -donde perdió su inmunidad- precipitaron una salida anticipada del cargo en junio de 2005, en un episodio que enfrentó al gobierno de la ciudad de México con la administración del entonces presidente derechista Vicente Fox.

Muchos mexicanos lo vieron como una maniobra para evitar la llegada de AMLO al gobierno nacional. Este proceso dio inicio a un culto a la figura política del líder izquierdista, que acumuló un gran capital político con las masivas movilizaciones en su defensa.

Las denuncias de fraude en 2006

El punto más alto del enfrentamiento de AMLO con las autoridades electorales hay que ubicarlo en los comicios del domingo 2 de julio de 2006. Ese día, el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, logró 15.000.284 votos (35,89% del padrón) y AMLO, en representación del PRD, llegó a 14.756.350 votos, lo que representó 35,31% del electorado, apenas medio punto porcentual menos que el ganador.

AMLO, que aparecía como favorito en las encuestas previas a la elección, nunca aceptó esos resultados como válidos. Electores que no aparecían como registrados, falta de acreditaciones de delegados circuitales, desaparición de urnas y hasta un presunto ataque cibernético fueron algunas de las irregularidades denunciadas en aquel momento por los sectores que perdieron las elecciones.

El malestar de AMLO y sus seguidores con el resultado llegó a tal punto que el 20 de noviembre de 2006 fue proclamado como “presidente legítimo” en un acto extraoficial realizado en el Zócalo de la Ciudad de México. Tras la proclamación, López Obrador creó un “gabinete en las sombras” para contrarrestar las políticas de Calderón, cuya gestión pasaría luego a la historia por su fatídica “guerra contra el narcotráfico”.

“AMLO se sintió muy agraviado (en 2006), despojado de su triunfo y acumuló un rencor muy grande en esos años, desde 2006 a 2018, cuando finalmente fue electo presidente (también compitió en 2012). Mi opinión es que llegó a gobernar tarde y con mucho resentimiento acumulado. Andrés Manuel habría sido mucho mejor presidente de 2006 a 2012”, reflexionó el politólogo Agustín Basave, entrevistado por la Agencia Regional de Noticias (ARN).

La llegada al poder

Tras dos derrotas consecutivas -en 2012 perdió con Enrique Peña Nieto- AMLO llegó finalmente al poder en las elecciones del 1 de julio de 2018. Ganó por una amplia mayoría: superó la barrera de los 30 millones de votos y obtuvo una votación superior al 53% de los votos, un porcentaje que le garantizó la mayoría parlamentaria.

Fue electo por la coalición Juntos Haremos Historia, conformado por Morena (el partido que fundó AMLO en 2011, tras su desvinculación del PRD), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES). A la alianza se sumaría luego, en algunas elecciones regionales, Partido Verde Ecologista de México. La alianza cambió de nombre en diciembre de 2020 y actualmente se llama Juntos Hacemos Historia.

Claves políticas y económicas del gobierno de AMLO

En sus intervenciones públicas, que no son pocas, AMLO pone el foco particularmente en temas económicos, uno de los aspectos que considera más exitosos de la primera etapa de su gestión. Por ejemplo, en su tercer informe de gobierno, que presentó en septiembre de 2021, detalló sus logros en esta materia para que los “tecnócratas neoliberales” aprendan sobre gestión.

“Si tengo suerte y termino mi mandato, creo que vamos a consumar la obra de transformación y no dejaremos ningún pendiente. Cuando esté entregando la banda presidencial solo diré a los cuatro vientos ¡misión cumplida! Me voy a Palenque (en Chiapas), les dejo mi corazón”, dijo el mandatario mexicano. El presidente mexicano habla de una “Cuarta Transformación” (también llamada 4T), en referencia a una etapa en la historia del país que busca trascender el sexenio que le tocó gobernar.

En su informe de gobierno de setiembre, López Obrador enumeró varios logros económicos de su administración. “Récord histórico en remesas, récord histórico en inversión extranjera, récord histórico en incremento al salario mínimo, récord histórico en no devaluación del peso, récord histórico en no incremento de deuda, récord histórico en aumento del índice de la Bolsa de Valores, récord histórico en las reservas del Banco de México”, dijo ese día.

López Obrador aseguró que de los 100 compromisos que hizo cuando asumió en diciembre de 2018, cumplió con 98. “Solo tenemos pendientes dos: descentralizar el gobierno federal y conocer toda la verdad acerca de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa”.

El presidente sostuvo que la “transformación” del país está “en marcha”. Agregó que es “necesario seguir poniendo al descubierto la gran farsa neoliberal” y desterrar “vicios y prácticas deshonestas en el manejo del gobierno”. En su discurso, el presidente destacó lo logrado en materia de seguridad, entre ellos una reducción de 95% en el robo de combustibles.

“De 11 delitos considerados como de mayor impacto, solo tres han presentado aumentos; el feminicidio, que creció en 13%, y que posiblemente antes no se clasificaba como ahora; la extorsión, que aumentó en 28%, y el robo en transporte público individual, que creció 12%”, indicó.

López Obrador resaltó que su gobierno detuvo las “privatizaciones en el sector energético: en petróleo y electricidad“. “Esta nueva política significa no extraer más petróleo que el indispensable para cubrir la demanda de combustibles del mercado interno”, dijo.

La mirada sobre política exterior de AMLO

El presidente mexicano no ha dedicado grandes energías a la proyección internacional de su gobierno. “La mejor política exterior es una buena política interior”, es una frase que repitió al comienzo de su administración.

Sin embargo, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, tuvo un rol más protagónico durante la pandemia de Covid-19, sobre todo en la etapa que todos los países medían su peso para conseguir vacunas.

Las visitas de AMLO al extranjero se cuentan con los dedos de una mano. Entre ellas se destacan las tres visitas a Estados Unidos: para reunirse con el entonces presidente Donald Trump en julio de 2020 y dos viajes en noviembre de 2021 (al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a una cumbre de Líderes de América del Norte, cuando se reunión con Joe Biden y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau).

En cuanto a la situación política de Nicaragua, AMLO mantuvo al principio de su mandato una actitud de no injerencia, bajo la premisa de la “autodeterminación de los pueblos”. Sin embargo, la situación cambió a mediados de 2021 y criticó al gobierno de Daniel Ortega por la detención de dirigentes opositores en la previa de la elección presidencial.

“Sobre la defensa de los derechos humanos sí podemos opinar de manera muy respetuosa. Consideramos que se deben garantizar las libertades y que no debe haber represión”, señaló López Obrador en una conferencia matutina.

Lo dijo apenas cuatro días después de que su gobierno llamó a consulta a su embajador en Managua por las “preocupantes acciones políticas-legales realizadas por el Gobierno nicaragüense en los últimos días, que han puesto en riesgo la integridad y libertad de diversas figuras de la oposición”. La postura diplomática de México sobre Nicaragua en ámbitos como la Organización de Estados Americanos siempre ha sido la misma que ha adoptado Argentina bajo el gobierno de Alberto Fernández.

En los primeros días de marzo, tuvo una reunión en la capital mexicana con el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien habló de planes de integración de América Latina. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) estuvo en esa gira con los principales referentes de Morena, el partido de AMLO.

Este 6 de abril, durante su conferencia matutina, AMLO se refirió a las protestas callejeras contra el mandatario peruano, Pedro Castillo, quien ha tenido “problemas para gobernar porque le ganó al conservadurismo” y por esa razón existen impulsos para destituirlo.

“En redes sociales se mandaron mensajes de que eso quisieran que pasara en México ‘que se vaya López‘. Pues no tienen que ir a marchar, con que vayan el domingo (a la consulta de revocación de mandato) es suficiente”, dijo AMLO

La comunicación de AMLO

AMLO es un gran comunicador, un mago de la comunicación social”, aseguró el politólogo Basave, en la entrevista ya citada, en la que destaca ese aspecto como una de sus grandes cualidades políticas.

“Fija la agenda nacional todos los días en sus conferencias matinales, desvía la atención cuando quiere. Si se coloca en la agenda un tema que no le conviene, saca una cortina de humo y desvía la atención con algún tema espectacular. Todo el mundo se pone a discutir de eso y olvida el tema que le estaba haciendo daño al presidente. Es tremendamente hábil para eso”, razonó el politólogo.

Cualidades en la comunicación no significa, al menos en este caso, una buena relación con los medios de comunicación y los periodistas. En el caso de AMLO, más bien lo contrario, al punto que en su conferencia matinal instauró un espacio de “combate a la desinformación” en el que cuestiona titulares de medios mexicanos.

En las primeras diez semanas de 2022, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió ocho reportes de asesinatos de periodistas mexicanos “por motivos que podrían estar relacionados con el ejercicio de su profesión”. AMLO se ha solidarizado ante estos crímenes, pero su acento ha estado en eximir la responsabilidad del Estado. Los gremios de periodistas y organizaciones defensoras de la libertad de expresión, sin embargo, piden una política más activa del gobierno y advierten por los impactos negativos de sus críticas a los profesionales de la comunicación.

Según un informe de la ONG Artículo 19, la violencia contra la prensa de México aumentó un 85% en los primeros tres años del gobierno de AMLO en comparación con el período de Enrique Peña Nieto (2012-2018). Mientras que durante el gobierno de Peña hubo 15 asesinatos contra periodistas y 1.053 ataques, en el gobierno de AMLO se registraron, 30 asesinatos, 1.945 ataques y dos desapariciones.

Los planes de Morena para 2024

El politólogo Basave considera que AMLO apeló al revocatorio de mandato de este domingo para aumentar su "margen de maniobra política” y asegurar un triunfo de Morena en 2024. De esa forma, según el analista, consolidaría sus planes de avanzar con la denomindad "cuarta transformación".

El oficialismo mexicano ya empezó a manear algunos nombres para la sucesión de AMLO en los comicios convocados para el 2 de junio de 2024. "La principal es Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México. En mi opinión, es quien AMLO quiere promover. También se habla del canciller Marcelo Ebrard y hasta de un tercero en discordia, que podría ser el secretario de gobernación, Adan Augusto López, pero insisto, creo que la persona que tiene todo el apoyo de AMLO es Sheinbaum", opinó Basave.