Con una extensa conferencia de prensa en la que respondió todas las preguntas, el ex ministro de Interior Florencio Randazzo rompió un año y medio de silencio y se estrenó como candidato a senador por el Frente Justicialista. En su primera aparición quedó claro que lo más complicado para Randazzo será el manejo de un medio tono diferenciador, crítico con Cristina Kirchner pero no tanto, cuestión de no espantar peronistas o kirchneristas críticos. Lamentó una y otra vez que la ex presidenta no hubiera aceptado competir con él en las PASO y consideró que su liderazgo era una etapa concluida. Con todo, subrayó que no se convertiría en una de esas personas que en algún momento se ubicaban en la primera fila de aduladores y después pasaron a feroces críticos. Más tarde quedó claro que la referencia era para Sergio Massa.
Dijo que no dudaba de la intencionalidad de la ex presidenta, pero que su decisión de no habilitar una primaria “beneficia al Gobierno”. También la acusó de “privilegiar el dedo” y “la decisión unilateral”. “Yo entré al peronismo a los 17 años, nunca me fui de ahí”, siguió, en referencia a que ahora era la ex presidenta quien se había ido para armar la Unidad Ciudadana. Antes de que se lo recordaran, retomó una expresión suya de su época de funcionario que circuló bastante por las redes en los últimos días cuando, como invitado a 678, aseguraba que “el kirchnerismo era más que el peronismo”. “Pero se fue achicando y terminó siendo La Cámpora”, concluyó ahora. “Un grupo de fundamentalistas alejados de la gente”, dirá después sobre la agrupación. “No la ayudan a Cristina, yo la ayudé a Cristina”, aseguró.
Randazzo quiso evitar la “exclusiva” con algún medio y se decidió por una conferencia de prensa abierta en el hotel NH City, vecino a la Plaza de Mayo. Sobre el escenario lo acompañaron los principales candidatos y referentes del espacio, empezando por su compañera de fórmula Florencia Casamiquela y el primer candidato a diputado e intendente de Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca. También estaban los intendentes de San Martín y Hurlingham, Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta, y los referentes del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro y Juan Manuel Abal Medina. En cambio, no participaron el jefe de campaña Alberto Fernández –en Madrid dando clases– y Julián Domínguez, uno de los heridos en el cierre de listas. En la puerta del hotel un grupo de militantes pertenecientes a la línea del intendente de José C.Paz, Mario Ishii, protestaba contra Randazzo, acusándolo de querer proscribir a la lista que patrocina el intendente del poncho y “quedarse con la plata del PJ”, según un cartel.
Algunos insultos y cantitos se llegaban a oír, apenas, desde el piso octavo donde se hizo el evento. Randazzo, traje y camisa pero sin corbata, sentado en un taburete junto a una mesa redonda y una copa de agua, dispuesto a hablar. La estética, moderna, se completaba con la palabra Cumplir, el nombre del sector con el que competirá en las PASO si es que finalmente es aceptada alguna lista rival. Justificó su largo silencio, motivo de críticas dentro del peronismo, con la idea de que después de haber gobernado y perdido una elección no correspondía salir a criticar una nueva gestión “al otro día” por respeto a la voluntad popular. “No soy panelista de TV”, agregó. Aunque se excedió bastante de ese plazo de un día, dijo que siempre fue crítico de la gestión de Mauricio Macri. “Este es un gobierno insensible de ricos que gobiernan para ricos. Un gobierno que gobierna para pocos, un gobierno que le da al Estado un rol secundario. Cuando el Estado asume un rol secundario abandona a los que menos tienen, a los trabajadores, a la clase media”, dijo al evaluar la gestión de Cambiemos.
Randazzo hizo una introducción de poco más de diez minutos donde presentó a Cumplir como “una alternativa amplia, sin oportunismo ni soberbia, que le ponga un límite a Macri”. Luego se dio paso para la ronda de preguntas. Le consultaron si no sentía responsabilidad por el triunfo de Macri en 2015 dada su negativa a ser candidato a gobernador bonaerense. Aseguró que no porque había recorrido el país diciendo que quería ser candidato a presidente y que si no se iba a su casa. “No sólo perdimos por las promesas y el marketing de Macri, sino también por propios errores. Creíamos que era necesario hacer una lectura de lo que había pasado pero, sin embargo, fue imposible”, aseguró. De paso, deslizó que por Daniel Scioli no sentía ningún respeto políticamente hablando.
Para Randazzo, la decisión de CFK de evitar las PASO “beneficia al Gobierno”. Pero le preguntaron sobre las versiones que hablaban de un festejo en la Casa Rosada cuando se confirmó su candidatura por el Frente Justicialista y qué opinaba sobre quienes consideraban a los dirigentes del Movimiento Evita “traidores” y “funcionales al Gobierno”. “Eso es una canallada. Yo no considero a ningún compañero como traidor”, afirmó.
Randazzo mostró una línea en busca del votante peronista tradicional, incluso se mostró muy receptivo a un supuesto apoyo a su candidatura de Eduardo Duhalde. “Le agradezco muchísimo”, dijo, recordando que a Duhalde le tocó manejar la presidencia en un momento difícil como 2001. El locutor dio por finalizada la ronda de preguntas pero Randazzo no quería que nadie se quedara con las ganas después del silencio blindado y siguió respondiendo algunas preguntas de pie. Fue evidente que irá en busca de los votos de Sergio Massa, de quien desmintió que hubiera estado en negociaciones. En su entorno comentaban que arrancaban la campaña con las encuestas en un 5 por ciento. “Tenemos todo para crecer”, deslizaban medio en broma, medio en serio.