Casi una de cada cuatro víctimas de femicidios perpetrados entre 2017 y 2020, fue asesinada con armas de fuego (24%), proporción que trepa al 37% cuando se trata de femicidios múltiples, es decir, con más de una víctima.
Así se desprende del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), que elabora la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación con información de poderes judiciales y ministerios públicos fiscales de todas las provincias.
Del total de femicidios, el 40% tuvo lugar en la Provincia de Buenos Aires. Y en al menos 15% eran reglamentarias (de integrantes de las fuerzas de seguridad).
El informe da cuenta que en el 91% de los casos de femicidios con armas de fuego, víctima y victimario tenían algún tipo de vínculo previo. En el 66% eran pareja o expareja; en el 15%, familiares; en el 10% tenían otro tipo de vínculo, y solo en el 4% eran desconocidos. En el 5% restante no hay datos al respecto.
Además, había antecedentes de violencia de género en al menos 30% de los casos, y al menos en 31 casos existía una denuncia formal: al menos 14 tenían medidas de protección vigentes al momento del hecho, y 1 tenía medida de protección vencida cuando fue asesinada.
En lo que refiere al lugar donde fueron cometidos los femicidios, el 64% ocurrió en la vivienda de la víctima, y el 12 % en otra vivienda, es decir que 2 de cada 3 ocurrieron dentro de una vivienda, mientras que el 18% se realizó en el espacio público.
Armas involucradas en los femicidios
Del total de armas involucradas en estos femicidios, al menos 15% eran reglamentarias (de integrantes de las fuerzas de seguridad) y, al menos, 8% eran armas de usuarios registrados, esto es, que al menos en el 23% eran armas de fuego de posesión legal.
En el 20% de los casos eran armas sin autorización y en el 57% restante no hay datos al respecto. En al menos el 17% de todos estos casos, el femicida integraba alguna de las fuerzas de seguridad, participación que cae al 2% cuando los femicidios fueron cometidos con otros medios.
El 18% de los femicidas se suicidó luego de cometer el hecho. Esa conducta asciende al 44% de los que utilizaron armas de fuego para cometer el hecho, y cae al 10% entre quienes usaron otro método para perpetrar el femicidio.