Un día, ocho años atrás, Ana Victoria Iniesta tuvo la oportunidad de integrar junto a otras maestras que formaban parte de Risas de la tierra –el jardín de infantes musical creado por Magdalena Fleitas en 2005–, un CD que con el tiempo se haría famoso en su género: Barrilete de canciones”. El tema de autoría propia que Ana grabó entonces acompañando versiones de otras canciones tradicionales, se llamó “Una burbujita”. Siguiendo su destino de viajera del aire, esta melodía, inspirada en el globito de agua y detergente que hizo mágicas nuestras infancias, fue a parar a la garganta de Kevin Johansen y acaba de ser incluida (al igual que su pista para Karoké) en Alirajú, el primer disco de Ana Victoria y La banda de la luna (conformada por Majo Valerio, Ximena Antonio, Luciano Sellán y Juan Zuberman). Pero “Una burbujita” no ha sido la única del repertorio capaz de polinizar otras voces cantantes: “La luna de candela”, con música de Iniesta y letra de Fleitas, fue más lejos todavía, porque cruzó el océano y llegó hasta el españolísimo Ismael Serrano que le agrega en su adaptación, al igual que Johansen con la suya, una particularísima carraspera. Ana Victoria Iniesta, en cambio, canta con un registro limpio y dulce que envuelve a chicxs y grandes a lo largo de todo este disco cuyo nombre de abrupta terminación aguda parece traído del guaraní profundo. Pero no lo es. Alirajú es el aullido de una nena que le canta a la luna pidiendo por su mamá, a quien extraña, en el estribillo de “La luna de Candela”. Casi todas de su cosecha, las diecinueve composiciones del disco van transitando diferentes ritmos populares, trayendo mucho de la atmósfera rioplatense, y abordando asuntos de máxima importancia para unx chicx como la descripción de los colores del cielo en “Lila” (colores vivaces que son capaces de curar un mal de amor), o la pérdida de un perro llamado “Chonchón”, que por suerte aparece antes de pasar al tema siguiente. La naturaleza es otra de las cuestiones top tratadas en Alirajú, es el caso de “Panadero”, que dice “Pa-pa-panadero, quisiera saber de qué estás hecho” o “Sol de charquito” (que evoca en su estilo algo del repertorio infantil de Ana Prada y Queyi): “Llueve y caen las gotas/ un bailecito invoca/ y hay un rayito rey del charquito/ en la lluvia estrellada/ una gotita es maga”. Con el tema “La paz del pan”, cuya letra y música pertenecen a Mariela Zuluaga, Iniesta incluye definitivamente un sello social en este disco, dice: “Si el pan no alcanza/ el tonton ni el tantan/ de la pena del pun sonará./ No habrá paz ni pan”. Pero lo cortés no quita lo valiente y lo valiente también es el humor, que en Alirajú no huelga. Epifanías poéticas como “La verdad de todo periplo es que en la danza vibra la panza”, trascienden toda diferencia generacional y como pasa con los buenxs compositorxs de este género son lxs propios padres y madres quienes terminan pidiendo una más y no jodemos más. Incluso algunos chistes - guiños, podría pensarse que les están dirigidos a lxs más grandes, como en el caso de unos brevísimos tracks llamados “La sabionda” donde Ana y el coro de niñxs “Las almas del río”, sobre una base de percusión cantan refranes populares como “En casa de herrero cuchillo de palo” o “Siempre que llovió paró”. Además de cantante y compositora, Ana Victoria Iniesta es actriz y poeta y en los últimos años publicó hermosos libros como Rebenque en Flor (Ediciones del Citrino) y León el pez (Ediciones en danza).
Alirajú se presentará en la Usina del Arte el 1º de julio a las 15 (Agustín R. Caffarena 1, CABA) y en No avestruz el 26 de este mes a las 17 (Humboldt 1857, CABA).