Un exempleado de Twitter fue declarado culpable de haber espiado a usuarios de la red social para Arabia Saudita, que quería conocer la identidad de personas críticas del régimen y la familia real.
El jurado de un tribunal de San Francisco, Estados Unidos, consideró que Ahmad Abouammo, de 44 años, vendió información personal de usuarios anónimos a Riad a cambio de decenas de miles de dólares.
Además, Abouammo fue declarado culpable de los delitos de lavado de dinero, confabulación para cometer fraude y falsificación documental. La acumulación de estas cuatro penas podría acarrearle entre 10 y 20 años de prisión.
"Las pruebas demostraron que, por dinero y mientras pensaba hacerlo de manera oculta, el acusado vendió su cargo" de empleado de Twitter a una persona cercana a la familia real de Arabia Saudita, declaró el fiscal federal Colin Sampson ante el jurado la semana pasada, tras dos semanas de proceso.
La acusación
El hombre fue detenido en Seattle en noviembre de 2019 acusado de espionaje junto a otro compañero de trabajo, el saudí Ali Alzabarah, quien huyó de Estados Unidos.
Según la abogada de Abouammo, Angela Chuang, su cliente fue juzgado en lugar de Alzabarah. "Es evidente que los acusados que buscaba el gobierno no están acá", manifestó la letrada.
Como empleado en la red social, Abouammo era responsable de lograr acuerdos con usuarios influyentes en Oriente Próximo y África.
La justicia comprobó que cuando trabajaba en Twitter, Abouammo registraba los datos privados de usuarios críticos con el régimen saudí -muchos de los cuales usaban pseudónimos para lograr el anonimato- y los compartía con el Gobierno de ese país a cambio de dinero.
La plataforma acusó al exempleado de no haber respetado las reglas de la empresa al no declarar ante sus jefes haber recibido 100.000 dólares y un reloj de más de 40.000 dólares por parte de una persona cercana a la monarquía saudí.