Once años después, Vélez vuelve a situarse en una semifinal de Copa Libertadores, donde se medirá con el temible Flamengo de Brasil. El elenco de Liniers, que se clasificó a octavos en la última fecha y con técnico interino (Julio Vaccari), venció 1 a 0 este miércoles por la noche a Talleres en Córdoba y, con el 3 a 2 de la ida, se metió entre los cuatro mejores de Sudamérica.
La lógica hacía pensar que los del Cacique Medina se iban a parar de contra y entregar la pelota a Talleres, pero eso no sucedió al menos durante los primeros minutos. La visita llegó incluso a festejar apenas iniciado el encuentro luego de una gran jugada entre Janson y Pratto (post saque de lateral al área y siesta cordobesa) que contó con una sola falla: celebrar antes del VAR. Al árbitro paraguayo Aquino lo llamaron por el auricular, fue a revisar y detectó una mano de Janson que dejó todo como empezó.
A pesar del susto y de la vida extra que le dio el VAR, Talleres no reaccionó como se esperaba en el primer tiempo y las mejores situaciones siguieron siendo de Vélez, con un Janson muy lúcido. El indomable Valoyes, la gran carta de fútbol del local, no lo fue tanto esta vez con una marca de Ortega mucho más exigente que la de la ida.
Los cordobeses necesitaban despabilarse y el entrenador Caixinha lo intentó con un par de cambios en el entretiempo, más por los flojos rendimientos de los salientes que por alguna nueva disposición táctica. Y con la velocidad del ingresado Godoy y la conducción de un renovado Garro, la T se fue acercando ante un Vélez que pareció apresurarse en la decisión de meterse atrás.
Pero se ve que algo intuía Medina ya que cuando los suyos habían desactivado el envión cordobés en un segundo tiempo muy accidentado (la dura lesión de Girotti, empujones varios, simulaciones por doquier e idas del árbitro al VAR), mandó a la cancha al pibe Fernández y el recién ingresado puso el gol del triunfo velezano.
El atacante de 18 años, héroe en la ida al marcar el tanto del 3 a 2, se tomó su tiempo luego de recibir un lindo pase de Janson, hizo pasar a Herrera y definió como si tuviese 20 temporadas de experiencia en el lomo. Un atrevido cuya valentía hace delirar a todo Vélez, que vuelve a llegar a una semi con en 2011 cuando el equipo de Ricardo Gareca no pudo con Peñarol de Uruguay y se dio el tan recordado como fatídico resbalón de Santiago Silva en un tiro penal.