Otra vez, y cuántas van, Nelly vuelve a tomar el timón de un barco que, conducido por ella, seguirá siendo tan inclusivo como diverso. “Tenemos que hacernos fuertes”, resumió con simpleza en una entrevista reciente esta “cuadraza”, como se dice en el barrio y en las asambleas. Su designación en la presidencia del Parlamento de Mujeres de la Legislatura porteña al filo de la coyuntura electoral reafirma una necesidad de ampliar los reclamos de mujeres que desbordan la Ciudad y de las que rebasan desde los cordones del conurbano, esas franjas que caminó durante décadas para construir derechos y pensar en la dignidad con perspectiva de géneros allí donde no había más que violencias y pobreza. La abogada Nelly Minyersky, Pila, les pidió a sus nuevas compañeras “que pongan el cuerpo”, no porque le preocupe el propio a sus 88 años, una postal sinfín de marchas a sol y a sombra, pañuelo verde al cuello, campeando lluvias, exilios y corridas policiales. Les pide el compromiso en la carne porque sigue comprobando que las conquistas de todxs se logran desde las gargantas poderosas, con los puños en alto al grito de vivas y libres nos queremos y desde los abrazos que se funden de a miles en el reclamo por el aborto legal, seguro, libre y gratuito que ella y muchas otras compañeras históricas pelean hace años, en cada resquicio, contra todos y todas las que siguen blandiendo bebitos de plástico.
“Es un orgullo poder integrar el Parlamento de las Mujeres siendo Nelly su presidenta”, celebra Emelina Alonso, secretaria de Género de Nuevo Encuentro y otra de las autoridades elegidas. “Ella fue abanderada de nuestra causa feminista cuando eran muy pocas las que buscaban transformar el derecho patriarcal en una herramienta estratégica de conquista de derechos. Tarea que aún hoy es compleja, en particular, de la mano de los operadores del Poder Judicial. Todas tenemos que aprender de su recorrido. Su experiencia y energía son clave en las transformaciones pendientes.” El Parlamento funciona desde 2011 en articulación con legisladorxs, la sociedad civil y el movimiento de mujeres. Una semana antes del cierre de listas de candidaturas a cargos legislativos y encabezado por la actual presidenta, Virginia Franganillo, exigió la paridad de género electoral en las boletas y cuestionó los lugares de decisión que ocupan los varones. Su agenda contempla los reclamos del colectivo Ni Una Menos, programas efectivos contra la violencia de género, el cumplimiento de la leyes sobre derechos sexuales y reproductivos, y la creación del Ministerio de la Mujer. “Tenemos que trabajar políticas públicas y visibilizar los derechos aún no garantizados de las mujeres pero también de lesbianas, trans y travestis, que son las más oprimidas y menos escuchadas”, dice Alonso.
A esa institución cargada de complicidad feminista arriba Nelly, abogada experta en cuestiones de Familia y problemáticas sociales infanto-juveniles, profesora consulta de la UBA, redactora ilustre del nuevo Código Civil, referente de Derechos Humanos y primera mujer que presidió la Asociación de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. “El derecho a elegir es nuestro”, su consigna esencial, busca amplificarla en los territorios “para que se cambien conductas que impliquen igualdad y no discriminación”. Le preocupan las represiones policiales y el abuso institucional en manifestaciones y contra niñas, niños y adolescentes en el ámbito escolar: hoy adhiere a un proyecto legislativo de salvaguarda que presentó en Ciudad el Frente Para la Victoria. “Escuchar que ocurran estas conductas es un retroceso inverosímil, da una sensación de impunidad y de falta de moral. Estamos ante un proceso grave de pérdidas de derechos humanos y tenemos que pelear a muerte. Hay una gran parte de nuestra sociedad adormilada que no ve este proceso de destrucción humana, social y económica. Tenemos que tener jueces y fiscales amigables que respeten la Constitución. O sea, nos tenemos que ar- mar.” Una vez más, bienvenida Pila.