El Banco Mundial hizo lugar a un planteo realizado por vecinos del Parque Saavedra para ponerle freno a la construcción de un arroyo artificial que el gobierno porteño impulsa en el marco de sus iniciativas inmobiliarias, aunque con el argumento de controlar las inundaciones en la zona.
El proyecto de construir un “arroyo a cielo abierto” en uno de los más grandes pulmones verdes que tiene la Ciudad de Buenos Aires fue presentado como una “regeneración del arroyo Medrano” que pasa por la zona, pero sin embargo no prevé ninguna conexión con él ni entubado que sirva de desagote.
Según los vecinos, solo se trata de un canal artificial que modificaría el paisaje y le quitarían espacio verde transitable al parque. Los argumentos en rechazo a esta iniciativa fueron elevados al Banco Mundial, debido a que este organismo es uno de los cofinanciadores de ese proyecto.
La respuesta a la una misiva enviada por la Junta Vecinal de la Comuna 12 se hizo esperar pero llegó el 5 de agosto último, cuando el BM comunicó que “ha encontrado admisible el reclamo al proyecto de apoyo a la gestión de riesgo de inundaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
El Banco Mundial buscará una solución aceptable
En otras palabras, la comunicación significa que el organismo internacional intervendrá en el debate por esa obra, que esta quedará en stand by hasta que se escuche a todas las partes y se resuelva al respecto. Es decir que el planteo de los vecinos pudo haber sido rechazado pero pasó a una instancia de búsqueda de solución entre las partes.
El objetivo de quienes viven alrededor del parque es que el trámite con el BM, denominado Servicio de Atención a Reclamos (GRS por sus siglas en inglés), "apoye a los reclamantes" en una mediación con el gobierno porteño en la que intervendrán representantes del organismo multilateral.
Para esto, el Banco Mundial tiene 45 días para encontrar “una solución aceptable para las partes involucradas”.
El proyecto del GCBA
Lo que quiere hacer el gobierno de Juntos por el Cambio es abrir en el parque un canal artificial de alrededor de 500 metros de largo por 6 de ancho que lo atravesará de punta a punto desde García del Río y Pinto hasta Vilela y Melián.
"No es la traza ni el agua real, por lo que no hay ninguna regeneración, el arroyo está tan contaminado que es imposible abrirlo o regenerarlo", había explicado a este diario Martín González, integrante de "El Parque Saavedra no se toca".
Se trata de la agrupación vecinal que impulsó la campaña contra la obra denominada “Regeneración del arroyo Medrano en Parque Saavedra”, pero que en rigor persigue un objetivo paisajístico artificial para nada funcional con lo que es un espacio verde.
El argumento del gobierno porteño es que ese canal serviría como reservorio para paliar las inundaciones, pero en rigor el caudal de agua que se pueda concentrar allí no solucionaría ningún problema.