En lo que seguramente constituye uno de los regresos más esperados de esta temporada, Martha Argerich tocará nuevamente en el Teatro Colón. Pasaron dos años y una pandemia --que aún no cesa del todo-- desde aquella noche inolvidable de julio de 2019, cuando junto a Zubin Mehta y la Orquesta Filarmónica de Israel, la Pasionaria del piano ofreció en el mismo teatro una memorable versión del Concierto en La menor Op.54, de Robert Schumann. Concluye así un tiempo que parecía interminable y la espera se corona con una serie de ocho encuentros que prometen gran música hecha de la mejor manera en un escenario inmejorable.
Desde este viernes y hasta el sábado 20, en el Festival que lleva su nombre, Argerich pondrá en escena una serie de conciertos que sucesivamente como protagonista, como partner o simplemente como mentora, la tendrán siempre presente. Entre los invitados estarán el gran director de orquesta Charles Dutoit, la actriz Annie Dutoit-Argerich --hija de ambos--, los pianistas Sergei Babayan y Dong Hyek Lim, el director de orquesta Luis Gorelik y el director de escena Rubén Szuchmacher, además de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y la Orquesta estable del Teatro Colón. Las entradas, cuyo precio promedio va de los mil a los 30 mil pesos, se pueden adquirir entrando a https://teatrocolon.org.ar/.
Nacida en Buenos Aires en 1941, Argerich es la punta de diamante de una generación notable de pianistas, formada en Argentina por Vincenzo Scaramuzza. Muy temprano Martha recibió las primeras clases de piano y todavía niña dio sus primeros conciertos públicos. Establecida en Europa continuó su formación con maestros como Nikita Magaloff, Madeleine Lipatti, StefanAskenase y el mismísimo Arturo Bendetti Michelangeli, con quien estudio en 1960. Poco antes se había impuesto en las competencias pianísticas de Bolzano y Ginebra, y en 1965 ganó el Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin, reconocida por sus interpretaciones de Chopin y Liszt. Desde entonces, ha sido una de las pianistas más destacadas del mundo, que aún hoy, a los 81 años, silenciosa para las entrevistas y locuaz a la hora de compartir su música, contagia esa forma vitalidad que coloca a ciertos artistas más allá del tiempo.
Argerich, naturalmente, será la estrella del concierto de apertura, este viernes a las 20. Pero no estará sola. Con ella estará Charles Dutoit, para reeditar una de las colaboraciones históricas de un festival que desde comienzos del siglo XXI prolonga y afianza la relación de la pianista con el teatro en el que tocó por primera vez en 1952, con apenas once años. Poco después, siempre es oportuno recordarlo, la joven Martha viajó a Viena con una beca otorgada por el gobierno de Juan Domingo Perón para estudiar con el dilecto Friedrich Gulda.
En la primera velada, junto a la Filarmónica, Argerich y Dutoit, interpretarán el Concierto para piano y orquesta en Sol mayor, de Maurice Ravel, obra que marca la complicidad musical del director y la pianista desde 1959, cuando por primera vez lo interpretaron juntos en Lausanne. antes de hacerlo innumerable cantidad de veces por todo el mundo. El programa inaugural completará su aura francesa con la Sinfonía fantástica Op.14, de Hector Berlioz, obra de la que Dutoit dejó un excelente registro discográfico con la Sinfónica de Montreal y que en esta ocasión constituirá un tour de force interesante para la orquesta porteña.
Con la Orquesta Estable, dirigida en la ocasión por Luis Gorelik, Argerich tendrá a su cargo también el cierre del festival. El sábado 20 a las 20, en la octava velada de la serie, interpretará el Concierto nº3 en Do mayor Op. 26, de Sergei Prokofiev, además de El carnaval de los animales, de Camille Saint-Säens, con Dong Hyek Lim en el otro piano y su hija Annie como narradora.
El segundo programa del festival --el sábado a las 20 con repetición el domingo a las 17--, también tendrá a la pianista argentina y al director suizo como protagonistas, pero en distintos momentos. En la primera parte, Argerich interpretará la Partita N°2 en do menor BWV 826, de Johann Sebastian Bach.
En la segunda, Dutoit, al frente de un ensamble integrado por Elías Gurevich en violín, Elián Ortíz Cárdenas en contrabajo, Federico Landaburu en clarinete, Gabriel La Rocca en fagot, Fernando Ciancio en trompeta, Matías Bisulca en trombón y Christian Frette en percusión, dirigirá La Historia de un Soldado, de Igor Stravinsky. La obra sobre texto de Charles Ferdinad Ramuz --en esta producción con la traducción de Gabriela Massuh-- contará con la participación de Annie Dutoit, como la narradora, el diablo será Joaquín Furriel, Peter Lanzani hará de soldado y Cumelén Sanz de princesa. La dramaturgia y la dirección escénica están a cargo de Rubén Szuchmacher, la coreografía de Marina Svartzman, la ambientación de Jorge Ferrari y la iluminación de Gonzalo Córdova.
El mismo domingo, a las 20, tendrá su momento el pianista armenio naturalizado estadounidense Sergei Babayan. Considerado por la nitidez de su toque y la claridad de sus definiciones entre los intérpretes más completos de la actualidad, Babayan ofrecerá un recital con un repertorio más bien tradicional, centrado en composiciones del siglo XIX. La “Ciaccona” de la Partita Nº 2 en Re menor para violín solo BWV 1004, de Bach, en la “romantización” para piano de Ferruccio Busoni; algunos lieder de Franz Schubert en la transcripción para piano solo de Franz Liszt, de quien luego hace la Balada N° 2 en Si menor; el Étude-Tableaux en Mi bemol menor Op. 39 N°5 y dos números de Six moments musicaux Op. 16, de Sergei Rachmaninov, y Kreisleriana Op.16, de Robert Schumann, articulan un programa que saldará su compromiso con el presente con el estreno en Argentina de Echoes of light, obra de 2019 del compositor y pianista lituano Andrius Žlabys.
El martes a las 20, Martha regresará a su escenario para compartir con Babayan un programa particular, con páginas del compositor ruso Sergei Prokofiev transcriptas para dos pianos por el mismo pianista armenio. Son las obras que grabaron en Prokofiev for Two, el disco editado por el sello Deutsche Gramophon en 2020. La suite del ballet Romeo y Julieta Op.64, algunos momentos de la música incidental de Hamlet Op. 77, Eugene Onegin Op. 71, La dama de picas Op.70 y de la ópera Guerra y Paz op. 120, se combinarán en esta oportunidad con la deliciosa Sonata para dos pianos en Re mayor K448, de Wolfgang Amadeus Mozart.
El miércoles, siempre a las 20, el pianista surcoreano Dong Hyek Lim, otro exponente importante del piano de estos tiempos, ofrecerá un recital con dos grandes sonatas del Schubert tardío: la “Nº 29 en La mayor” y la “Nº 21 en Si bemol mayor”. Al día siguiente, el jueves, Dong Hyek Lim interpretará con la Filarmónica, esta vez dirigida por su titular saliente Enrique Arturo Diemecke, el Concierto N°1 Si bemol menor Op. 23, de Piotr Illic Tchaikovsky, como parte de un programa que se completará con Sinfonía N°8 en Sol mayor Op. 88, de Antonin Dvorak.
Fiel a su tradición, también en esta edición el Festival Argerich reflejará las formas posibles del arte de tocar y escuchar, expresadas por una artista inmensa, respetada por todos y querida por las mayorías. Esa especie de necesidad de ahuyentar los fantasmas de la soledad que suelen sentir los distintos, compartiendo con colegas queridos la música amada. Esa que entre Bach y el primer siglo XX, encuentra su anclaje profundo en el Romanticismo.