Las autoridades ucranianas denunciaron este jueves nuevos e intensos ataques por parte de las tropas rusas en distintos puntos del este y sur del país, con al menos 14 muertos en las regiones de Bajmut y Nikopol, a un centenar de kilómetros de la planta de Zaporiyia. El gobernador de Nikopol, Valentin Reznichenko, reportó tres muertos y nueve heridos en bombardeos nocturnos rusos. En el Donbass el jefe de la administración militar de la región de Donetsk, Pavlo Kirilenko, anunció la muerte de once civiles en las últimas 24 horas: seis en Bajmut, tres en Soledar, uno en Krasnogorivka y uno en Avdivka.
En Soledar, los pocos residentes que quedan viven en refugios subterráneos. Las tropas rusas intentan expulsar de allí al ejército ucraniano para poder avanzar hacia Bajmut. En esa región se encuentran varios puntos estratégicos para el tejido industrial del Donbass.
Además hubo al menos tres muertos y siete heridos en Nikopol, en el sur del país. Unos 40 edificios de viviendas resultaron dañados en varias poblaciones de esta región, además de tres escuelas y varios comercios, así como instalaciones eléctricas, lo que dejó a seis mil personas sin suministro de energía de acuerdo con sus autoridades regionales. Los equipos de rescate continuaban removiendo escombros en los edificios residenciales en busca de desaparecidos, de acuerdo con la agencia estatal Ukrinform.
Mientras tanto las autoridades rusas siguen confundidas sobre el ataque del martes pasado a la base aérea de Saki, en la Crimea ocupada por Rusia, a más de 225 kilómetros de las líneas de defensa de Moscú, que destruyó al menos ocho aviones rusos y varios edificios, asegura el Instituto de Estudios de la Guerra (ISW). Según publica este grupo de expertos estadounidenses, las imágenes satelitales confirmaron los informes de la fuerza aérea de Ucrania, lo que contradice las afirmaciones rusas de que las explosiones no dañaron ningún avión y no fueron el resultado de un ataque.