Argentina es el país con una de las tasas de inflación más alta en la región. Vivir en este contexto es algo con lo que tienen que lidiar los argentinos a diario, que hacen malabares para hacer rendir sus ingresos mensuales. En julio, la inflación mensual fue la más alta en 20 años y esto tiene una explicación: el país gasta más de lo que tiene.

Las deudas que se deben afrontar, sumado al gasto público que hay que cubrir, hacen que el estado deba imprimir más billetes, lo que produce un menor valor del dinero, llevando al aumento de los bienes y servicios.

En este contexto, los argentinos buscan cómo estirar el dinero, a través de diversas formas: ahorro en dólares, plazos fijos y también, gastando para ahorrar. 

El limitado ahorro en dólares

La persona que quiera adquirir dólares en Argentina debe pagar tasas del 65%, y lo máximo que se pueden comprar son US$ 200 por mes (algo solo permitido a quienes cobran en blanco y trabajan para empresas que no recibieron ayuda financiera del Estado durante la pandemia).

Acudir al mercado informal es una alternativa, pero existe el riesgo de pagar enormes intereses debido a la vertiginosa escalada de la moneda norteamericana, que en julio superó la barrera de los $300.

La apuesta por los plazos fijos

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) subió el jueves la tasa de interés de referencia de las Leliq a 28 días a 69,5%, 950 puntos básicos por encima de la actual. La decisión se dio minutos antes de que el INDEC difundiera el dato inflacionario de julio, que estará cerca de los 8 puntos.

Esto implica una tasa efectiva anual -por el interés compuesto de renovar los vencimientos mes a mes durante un año- del 96,82%, es decir, cerca del 100 por ciento de inflación que algunas consultoras prevén para los próximos doce meses.

Ante este escenario, quienes tienen salarios con "paritarias"(o aumentos por inflación), y pueden llegar a fin de mes con algo de dinero en sus bolsillos, optan crecientemente por hacer algo que, a primera vista, suena como un oxímoron económico: ahorrar gastando.

En vez de comprar dólares o depositar su excedente de pesos en el banco, muchos consideran una mejor inversión, usarlos para stockearse y adquirir productos que duran, desde latas de atún, shampoo y botellas de vino, hasta bienes durables como ropa, celulares, electrodomésticos y motocicletas.

¿Gastar para ahorrar?

Este proceso económico se explica cuando la gente elige gastar los pesos ante el aumento constante de precios. Es esa combinación de inflación acelerada y expectativa de devaluación lo que lleva a muchos, a adelantar consumos que creen van a estar más caros en el futuro próximo.

En los primeros meses del año, el consumo privado creció 9,3% interanual, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

Las ventas de electrodomésticos y electrónica aumentaron un 23,6% interanual entre enero y mayo de este año, y el índice de confianza del consumidor en la compra de bienes durables es el más elevado desde 2018, de acuerdo con el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.

También hay quienes prefieren consumir sus ahorros en experiencias placenteras como salir a comer, ir al teatro o un recital o viajar, actividades que debieron postergar durante la larga cuarentena por el coronavirus.

El caso de los recitales con entradas agotadas en horas, como el ejemplo de la banda británica Coldplay en el país, que agotaron 10 estadios de River a horas de ponerse a la venta los tickets.

Esto explica por qué, a pesar de que el país atraviesa una crisis económica, los restaurantes explotan de gente (un aumento del 126% interanual entre enero y mayo, según el Índice de Volumen en Restaurantes Tradicionales del gobierno de la ciudad de Buenos Aires).

El boom del turismo interno

También hay un récord de turismo interno, donde el balance expone que un 20% más de argentinos se mueven por el país, números más elevados que en prepandemia.

De acuerdo a las nuevas estimaciones del Observatorio Argentino de Turismo (OAT), que actúa bajo la órbita de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), más de 5.2 millones de turistas nacionales viajaron por el país durante las vacaciones de invierno 2022, lo que representa un incremento del 10% con respecto a la última temporada prepandemia.

Según ese reporte, los mejores niveles de ocupación se observaron en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Santiago del Estero y Mendoza; y en las localidades de Puerto Iguazú, San Carlos de Bariloche, San Martín de los Andes, Villa Carlos Paz y Tandil. Además, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informaron que el impacto económico superó los $147 mil millones. En el sector no hablan de recuperación económica sino de crecimiento.