Salman Rushdie es uno de los más importantes autores en lengua inglesa de las últimas décadas. Fuera de su idioma, alcanzó una fama no deseada con la sentencia de muerte del ayatolá Ruhollah Komeini en febrero de 1989. Antes de eso, ya era celebrado como un novelista relevante.
Nacido en Bombay en 1947, creció en la India hasta 1961, cuando llegó a Inglaterra. Estudió en Cambridge y en 1968 se graduó en Historia. Se especializó en temas islámicos, un tema muy caro para alguien que había crecido como musulmán.
En 1975 apareció su primera novela, Grimus. Pero fue la publicación de su siguiente obra, Hijos de la medianoche, la que lo catapultó a la fama, en 1981. Escrito en un registro parecido al del realismo mágico, fue un éxito y le valió el Booker Prize, el principal galardón literario del Reino Unido. Dos años después apareció Vergüenza.
Tras un silencio literario de un lustro, Rushdie reapareció en 1988 con Los versos satánicos, el libro que cambió su vida. La novela está construida alrededor de la figura de un falso Mahoma y fue interpretada como un cuestionamiento al Islam, lo que fue repetidamente puesto en duda por el autor. Una parte del mundo musulmán reaccionó con virulencia. En el país natal de Rushdie fue prohibida.
La derivación más grave ocurrió el 14 de febrero de 1989, cuando Komeini lanzó la sentencia a muerte de Rushdie y prometió el Paraíso para quien asesinara al escritor. El incentivo fue de tres millones de dólares, una cifra que fue creciendo con los años.
El autor debió vivir escondido desde entonces, al tiempo que el Reino Unido rompió relaciones con Irán. En julio de 1991 se produjo el asesinato de Hitoshi Igarashi, el traductor del libro al japonés. En el medio, la editorial Viking se negó a publicar el siguiente libro de Rushdie, Harún y el mar de las historias.
En julio de 1993 se produjo un atentado que mató a 37 personas en Turquía. Al parecer, el objetivo era el traductor de Los versos satánicos al turco. En octubre, se produjo un atentado contra el traductor al noruego. En 1998 se produjo un acercamiento entre Teherán y Londres, y los iraníes se comprometieron a no propiciar el asesinato del escritor, aunque Ali Jamenei, líder supremo, reivindicó el decreto de Komeini en 2005.
Rushdie se mantuvo escondido hasta 2002, y desde entonces ha tratado de llevar una vida normal. Irán protestó cuando la reina Isabel II lo condecoró en 2007. En 2012 dio testimonio de sus años escondido en el libro Joseph Anton. Una década más tarde, sufrió la agresión que lo vuelve a relacionar con Los versos satánicos.