Un mito, se sabe, es inmutable: cada una de sus historias, cada minuto de su existencia póstuma y de su azarosa posteridad, lo alimenta. Tal vez por eso, una tarde de noviembre de 2020, aún bajo los efectos de la pandemia, un mensaje en wasap del querido periodista Carlos Schmerkin, exiliado en Francia desde los años setenta, me alertó: en París se remataba una carta perdida de Eva Perón. La persona a contactar, si estaba interesada en el tema, era el querido físico argentino José Eduardo Wesfreid.
Pero ¿qué tenía que ver un científico con las reliquias de Evita? ¿Cómo había llegado a saber de esa carta? Supe que Wesfreid había nacido en Bahía Blanca en 1945, que había estudiado Matemática y Física en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Que había sido corrido por la represión de la dictadura del general Juan Carlos Onganía en la famosa Noche de los Bastones Largos, en 1966, cuando arrasaron con la extraordinaria quimera de una ciencia propia los heraldos de la oscuridad. Que había partido al exilio a fines de 1976 cuando la noche más profunda de la dictadura videlista arrasó con vidas y bienes de los argentinos.
Su destino fue Francia. Allí pudo desarrollar, desde abajo, su carrera. Hacia los años ochenta ya ejercía como profesor en París y a partir de 1984, realizó una sostenida carrera en el famoso Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) donde en 2011 logró ser nombrado como director de investigación emérito. Luego, por su tarea, fue multipremiado: el Premio Brelot de la Société Françoise de Physique (1984), el Premio Edmond Brun de la Académie des Sciences (2007), el Premio RAICES del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina (2011), y nombrado Miembro de la American Physical Society (2013).
Todos estos títulos terminaron en una condecoración del senado francés en 2015. Pero su conexión con la historia nacional no estaba marcada sólo por la ciencia. Se casó con Sophie Thonon, histórica abogada de los familiares de desaparecidos franceses durante la dictadura argentina, respetada y querida por los organismos de derechos humanos y que aún en tiempos de la pandemia sigue presidiendo la Asociación Francia- América Latina.
Lo cierto es que el 8 de noviembre de 2020, Wesfreid le había enviado a Daniel Filmus un mail donde le comentaba que diez días después habría una venta de documentos de la colección Aristophil, que fuera una de las colecciones más completas de este tipo de documentos y que estaba en liquidación por fraude. Ese día salía a la venta el lote 958 que consistía de 4 hojas (6 páginas y media) manuscritas de Evita con notas sobre su viaje a España en 1947 y los encuentros con Franco y Carmen Polo, su mujer.
Tanto Wesfreid como Thonon solían consultar las páginas de estas ofertas documentales más por curiosidad cultural que por interés en su compra. Finalmente, el 19 de noviembre del 2020 tuvo lugar en Paris el remate de la colección de autógrafos Aristophil a cargo de la casa de remates Aguttes de Paris, en los salones de ventas de Drouot. Esta colección de manuscritos y autógrafos es la más importante del mundo y consta de 130.000 documentos, que se estaban dispersando en la forma de 300 ventas previstas durante 6 años.
En ese marco apareció aisladamente el lote 958 titulado PERÓN Eva (1919-1952) Actriz y política argentina, con la descripción MANUSCRITO autógrafo firmado "María E. D. de Perón", (1947); 6 páginas y media en-4; en español. Relato de su viaje oficial a España en junio de 1947, donde Eva Perón fue recibida por el general Franco. “Era la primera vez- señala la presentación- “que la esposa del presidente de Argentina era invitada oficialmente sola por un país extranjero, y la primera vez que volaba”.
Pero el día de la venta, el 19 de noviembre a las 17 horas, no apareció ningún interesado y el lote volvió al rematador. Fue entonces cuando Wesfreid, en una reacción típica de argentino al que le duele que el patrimonio histórico se remate -su temor era que ese manuscrito se perdiera para siempre en loteos inciertos- insistió en acercar una oferta que lo mantuviera a salvo. Así, el 20 de noviembre de 2020, tomé contacto con Wesfreid y le anticipé que, por instrucción de Víctor Santa María, la Fundación Octubre estaba interesada en rescatar esa carta de Eva. Wesfreid entonces hizo una oferta en nombre de la Fundación Octubre. Como había que certificar la autenticidad de la carta, se consultó inicialmente a la sobrina nieta de Evita, la entonces diputada Cristina Álvarez Rodríguez y a otros miembros de la familia y expertos del Museo Evita, sobre la base de las fotos que proporcionó la casa de ventas.
Estaba claro que la casa de ventas era legalmente garante o responsable de lo que enunciaba el certificado de venta del bien. Pero, además, en Francia un martillero es lo que se llama oficial de justicia (que prestó juramento ante los tribunales) lo que implicaba una responsabilidad controlada y fuertemente sancionada en caso de falsa declaración.
Por supuesto, no todo terminó allí: hubo muchos inconvenientes para recibir la carta, hubo nuevos costos como la licencia, los trámites de exportación, el embalaje y los trámites de correo, además surgió el problema de los trámites del despachante de aduana. El 8 de febrero de 2021, se solicitó formalmente al despachante francés que iniciara los trámites de gestión de la licencia de exportación, que tomó varias semanas. Wesfreid debió ofrecerse como garantía de la operación. Finalmente, el 18 de junio de 2021, FedEx avisó que habían entregado el paquete. Recién el 7 de diciembre de 2021, la Fundación Octubre dio por concluido el trámite. Habían pasado 13 meses de trabajo para rescatar ese retazo de la historia del peronismo.
Finalmente, el 26 de Julio de 2022, a setenta años de la muerte de la líder popular más amada de la Argentina, en el Espacio Eva Perón del Centro Cultural Caras y Caretas en Venezuela 330, impulsado por la diputada nacional Gisela Marziotta, se presentó la carta y en un acto emocionado se leyó por primera vez al público su contenido en la que logra describir el clima de la recepción en la España de Francisco Franco, tan necesitada de esa visita de la dama “portadora del pan”, la dama que intrigaba por su belleza, por su manera directa de entrar en contacto con los otros, sin intermediarios.
El texto completo de esa carta se puede leer en el espacio dedicado a Evita en Caras y Caretas. Es conmovedor saber que han transcurrido 75 años desde que ella la escribió y que se suponía perdida. A partir de ahora, ese tesoro está en su patria.