@humoristarudy
¿Cómo le va, lector, cómo anda, cómo está, cómo la va llevando? ¿Le molestan tantas preguntas juntas? Discúlpenos, lector, no era nuestra intención importunarlo, solamente entrenarlo, porque seguramente en estos días le harán muchas preguntas más, tal vez imprevistamente, en situaciones totalmente inesperadas, ya que los encuestadores son como el cartero, siempre llaman dos veces.
Sí, lector, estamos en tiempos electorales, la cuenta regresiva se ha iniciado. Y si usted ve en la palabra “regresiva” alguna intención electoralista, si imagina que la hemos puesto ahí a propósito, si cree que tenemos alguna intención de señalarle subliminalmente que todo anda muy mal, regresivamente, está usted equivocadísimo, a medias.
O sea, nuestro interés no es mostrárselo “subliminalmente”, sino lo mas directamente que podamos. Aunque creemos que usted ya lo sabe. Pero quizás usted no. O usted, o el que le esta leyendo el diario de ojito. O su cuñado neoliberal, que no recibe este suplemento en su casa ni en joda, pero ya que esta de visita en su casa, lo lee “a ver que de que se ríen los progres”
Todo es política en estos días, lector, todo es campaña, lo que le dan, y aunque parezca mentira, lo que le quitan.
Por ejemplo, el gobierno pone a E. Bullrich de candidato en la Pcia de Buenos Aires, para asegurar, en caso de triunfo, que no faltará incertidumbre en ninguna mesa bonaerense, ya que Don Esteban les enseñará a todos a disfrutarla como corresponde, y dirá “Bienaventurados los pobres, ya que tienen la incertidumbre en sus propias casas y no necesitan ir a buscarla a un safari, rally o bono a cien años, como los ricos”.
Otra manera que tienen de asegurarse la victoria es quitándoles a los argentinos la obligación de vacunarse. ¡Se acuerda cuando éramos chicos, que no nos gustaba nada cuando nos daban la antivariólica, la antitetánica? ¿O la más odiada “antidiftérica, esa “ que te la daban en la espalda”? Cierto que también estaba la Sabin oral, que te la daban con un terroncito de azucar y eso no estaba tan mal ¡Pero vaya uno a saber cuantos adultos diabéticos hay hoy, gracias a eso!
Las vacunas son una manera “social” de combatir las enfermedades, ya que no solo evita que uno mismo se enferme,. Sino que, por eso mismo, al haber menos enfermos, hay menos contagios, con lo cual cada uno queda más protegido “si se vacuna el otro”.
¡Pero eso es muy populista, lector, muy “la patria es el otro”, “la salud es el otro”! Después nos vamos a enterar de que hay gente que se vacuna para cobrara la “Asignación Universal por Sano” y se gasta la guita del Estado en comer, viajar, o alimentar a sus hijos, cuando bien podría usarse para otra cosa!
En la meritocracia, lector, cada uno tiene sus propios anticuerpos, y el que no los tiene ¡que los compre! El que quiere vacunar a sus hijos, que los vacune, pero el quiere protegerlos poniendo rejas, alarmas y botones diversos, que lo haga.
Además –no nos extrañemos si algún funcionario lo dice de verdad- si terminamos con la educación publica, y la industria, habrá menos grupos de personas trabajando o estudiando juntos, con lo que disminuirá el riesgo de contagio.
Pero para que no creamos que son unos insensibles, están gastando un montonazo de plata para lanzar, por todos los medios posibles y sobre toda la ciudadanía, toneladas de Vitamina antiK.
Quizás usted, si es el cuñado neoliberal de nuestro lector, y aun así siguió leyendo hasta esta línea (cosa que desde ya le agradecemos) piense, diga, grite o susurre que no entendemos nada, que por que le damos a todo un tinte político. Porque lo tiene, cuñado de lector, porque lo tiene.
Quiero decir, hay quien dice “yo en política no me meto” y cree que así lo resolvió todo. El problema no es si uno se mete en política, sino que la política se mete en uno. Cuando aumentan las tarifas de luz, o el precio de la manzana, o los sachets de leche vienen de medio litro ¡ al mismo precio que el de un litro!, la política se metió en su bolsillo. Alguien autorizó esos aumentos, alguien decidió que el empresario se beneficie y usted se perjudique.
Pero como esta gente tiene décadas de experiencia política, (aunque no la hayan usado para ganar elecciones sino para gobernar sin necesidad de ganarlas), nos dicen que eso no es política, que es “sentido común” Que “es lógico, obvio, esperable” que a las empresas les vaya cada vez mejor, y a la gente cada vez peor. Que es “lógico, normal, correcto” pensar que es un corrupto el funcionario que recibe coimas, pero no el empresario que se las da.
¡Y la gente va, y vota eso, cada vez que lo escucha y lo repite, lo píensa, lo murmura, lo acepta aunque sea con resignación.
Y ahora se vienen las nuevas “ideologías, las del “ser agradecido y mandar agradeselfies” la del “llevar al perro o al guanaco en el subte”, la de considerar a Belgrano “ un gran emprendedor; al salario “ un gasto” y a la salud “ una opción que uno puede elegir, o no”
¡Y con eso, quieren ganar votos!
De todo eso trata este suplemento!
Hasta el sábado, lector, y cuñado de lector, que quizás quiera leernos.