El juicio por el femicidio de Verónica Soulé, cometido en 2020, terminó ayer en los tribunales de San Jorge con el veredicto unánime de prisión perpetua para Lisandro Cabral. La mujer tenía 31 años y dos hijxs. Aquella madrugada de marzo, salió con el cuerpo quemado del interior del domicilio de la localidad de Casas donde vivía con el ahora condenado. Cinco días después, falleció en el hospital Provincial de Rosario, donde estaba internada. El acusado intentó desviar la investigación en su contra, pero la sentencia avaló ayer lo que su familia y organizaciones feministas venían reclamando. Graciela, madre de la joven, habló tras escuchar el veredicto: "A mi hija no me la devuelve nada ni nadie, pero él va a pagar todo lo que le hizo sufrir. Querían tapar todo, como que fue un suicidio, y mi hija vivía por sus hijos", sollozó.
En el marco del juicio oral que comenzó el lunes de la semana pasada, el tribunal integrado por Nicolás Falkenberg, Sandra Valenti y Luis Octavio Silva leyó el veredicto ayer al mediodía, y resolvió en el sentido de lo solicitado por la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) de la Fiscalía Regional de Santa Fe, que estuvo a cargo de la investigación.
Desde el Ministerio Público de la Acusación recordaron que el hecho fue cometido durante la madrugada del martes 17 de marzo de 2020 en una casa en la que la víctima vivía con el condenado y los dos hijos de ambos. Para la Fiscalía, en el juicio quedó probado que Cabral fue el autor del femicidio. “Con la intención de quitarle la vida, utilizó un encendedor para prender fuego a su pareja, quien estaba rociada con alcohol”, remarcaron en su acusación.
Como consecuencia, Soulé sufrió quemaduras en al menos el 70% de su cuerpo, sobre todo en el pecho, el cuello, los brazos, las piernas y el abdomen, por lo que falleció días después. “El delito fue cometido en un claro contexto de violencia de género física, psicológica y económica que Cabral ejerció durante años en perjuicio de la víctima”, señalaron sobre el accionar del condenado por el delito de "homicidio calificado por el vínculo y por haber sido cometido en un contexto de violencia de género (femicidio)".
El fiscal Matías Broggi agregó que en el caso se valoró prueba científica. "Podemos destacar las pericias de Bomberos y del forense que tuvieron mucha importancia para despejar cualquier duda sobre la tesis de la defensa en relación a un suicidio, y permitieron dar certeza al tribunal para dictar la condena".
Tanto Graciela como quienes acompañaron su lucha manifestaron que el fallo trae tranquilidad. "Lo que más pedimos es poder ver a los chicos. Ellos (la familia del acusado) nos amenazaron. Nos dijeron que si nos quedábamos en el molde, sin salir a la calle con las organizaciones como Mumalá y Atravesados por el femicidio, que siempre están ayudándonos en todo, me los iban a llevar todos los fines de semana", recordó sobre el reclamo por la restitución de lxs niñxs, ya que vienen denunciando que están "con la familia del femicida". Y agregó: "No pudieron ni hacer el duelo por lo de su mamá".
Además, la mujer recordó las palabras de Cabral para desviar la investigación. "Me tocó la ventana y me dijo 'su hija se prendió fuego', yo le dije '¿qué hiciste?'... Llegó antes que nosotros donde estaba mi hija para que ella no nos cuente nada", recordó Graciela durante el debate. Las pericias y testimonios hicieron que en julio de 2020, el hombre que ahora tiene 34 años, quedara detenido e imputado.
En tanto, organizaciones feministas que acompañan el caso aseguraron que continúa el reclamo por lxs hijxs de Verónica. "Justicia lograda, ahora falta la restitución de los hijos. Los hijos de las víctimas de femicidio no deben quedar al cuidado de la familia del femicida", expresaron desde Atravesados por el femicidio. En tanto, la sindicalista y militante feminista Liliana Leyes, que también acompañó a la familia, aseguró que antes de la lectura del fallo se vivieron momentos difíciles. "Los familiares del acusado, casi encima nuestro, gritando de todo. La policía haciendo caso omiso a esta situación", lamentó. Desde Mumalá, Majo Zocchi expresó en sus redes: "Se hizo Justicia. Seguimos por todas. Vero presente, ahora y siempre".
Cuando imputó a Cabral, la fiscal Alejandra Del Río relató que la relación había comenzado en 2002, "convivieron durante más de 10 años y tuvieron dos hijos”. En su relató habló de la existencia de maltrato "físico, que consistió en golpes en su cuerpo y en su rostro en reiteradas oportunidades y de manera continua. Incluso, llegó a arrojarle objetos". Sobre la violencia psicológica dijo que “se manifestó a través de la culpabilización por lo malo que pasaba en la familia. También realizaba una vigilancia y persecución constantes, ya que no le permitía salir sola ni hablar con hombres, le exigía que lo obedeciera, la obligó a aislarse de su familia y de sus amigas, y la amenazaba con quitarle los hijos y con matarla”, describió en julio de 2020, cuando también habló de violencia económica: "Consistió en impedirle que continuara trabajando para convertirse en el único aportante del hogar y generar que la mujer dependiera económicamente de él”.