La interna de Juntos por el Cambio se trasladó a la legislatura porteña, donde el bloque de la Coalición Cívica anunció de forma sorpresiva que iba a apoyar una iniciativa de la oposición porteña para terminar con el negocio de las grúas y que pasara a estar en manos del Estado. Rápido de reflejos, Horacio Rodríguez Larreta anunció contrarreloj que el Gobierno porteño se hacía cargo "transitoriamente" del servicio del acarreo, una decisión que le costó no años sino décadas. La Coalición Cívica anunció, entonces, graciosamente que ya no era necesaria una sesión especial para tratar el tema.
En tanto, Patricia Bullrich siguió con su contraataque contra Carrió, que tiene como aliada a la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien buscó ligar a Cristian Ritondo con su apartamiento de una causa por narcotráfico. En la misma línea, una diputada de Carrió pidió investigar el manejo de fondos en AYSA durante la época de Rogelio Frigerio. En tanto, Gerardo Morales salió a desdecirse de una serie de mensajes incendiarios que le mandó a Carrió y que fueron filtrados a destiempo.
La interna llega en grúa
Entre las muchas cosas que dijo la semana pasada, Carrió coló el tema de las grúas como advirtió este diario. "Denuncié en silencio las grúas en la Ciudad", fue la frase que tiró como al pasar entre sus múltiples denuncias de la semana pasada. Fue la antesala de lo que Carrió le tenía preparado a Larreta para esta semana. Uno de sus hombres de confianza, Facundo del Gaiso, anunció el lunes por la noche: "Mañana la Coalición Cívica presentará un proyecto de ley para asegurar que no puedan prorrogar la licitación de acarreo después de 21 años de servicio irregular. Y vamos a suspender el servicio de acarreo hasta que se adjudique la nueva licitación".
De esta forma, Carrió hizo su jugada: su bloque se sumó sorpresivamente al planteo que desde hace semanas viene haciendo en la Legislatura porteña el Frente de Todos con el legislador Juan Manuel Valdés a la cabeza. Del Gaiso volvió a la carga el martes por la mañana: "La Coalición Cívica pedirá que se suspenda el servicio de acarreo y que la Ciudad se haga cargo del servicio hasta que se adjudique la nueva licitación".
Pero el Gobierno porteño hizo un giro en su política y anunció que se hacía cargo "transitoriamente" del servicio del acarreo (ver aparte), que tiene su concesión vencida hace años y proviene de un contrato con dos empresas gestado en tiempos del menemismo profundo. Lo que podría haber sido una jugada de Larreta quedó indefectiblemente como una victoria de Carrió sobre el jefe de Gobierno.
Pese a las protestas de otros sectores de la oposición, Del Gaiso anunció que ya no hacía falta tratar el tema en la Legislatura: "La sesiones especiales no se pueden suspender y tienen un tema específico, pero con el anuncio de hoy, donde la Ciudad se hace cargo del servicio de acarreo hasta que se adjudique, no tiene sentido realizarla", advirtió. Y el presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, se las arregló para felicitar al jefe de Gobierno por su decisión. Todos amigos.
Arroyo Salgado
Pero lo de las grúas es solo un capítulo de la interna, donde Carrió le está tirando a sus adversarios internos con munición pesada. Basta con ver las declaraciones de la jueza Arroyo Salgado quien en La Nación+: sostuvo que en distintos episodios judiciales para apartarla de una causa por narcotráfico en la que estaba vinculada la Bonaerense estuvieron involucrados dos hombres de Ritondo, a quienes identificó como Marcelo D’Angelo y Marcelo Rocchetti. También dijo que participó un "asesor de Emilio Monzó". Desde el entorno de Ritondo, advirtieron que los mencionados nunca participaron en la causa y que este dato es comprobable en el expediente. Y asociaron la salida de Arroyo Salgado al apoyo de Carrió a Diego Santilli.
En tándem con Arroyo Salgado, la Coalición Cívica sacó un comunicado donde pidió la destitución del fiscal Claudio Scapolán, el principal imputado en la causa que investigaba la jueza. "Las recientes manifestaciones públicas de la jueza Arroyo Salgado, quien fuera apartada de la causa por abogados con aceitados contactos políticos, de acuerdo a lo sostenido por ella, respaldan la veracidad de los dichos de Elisa Carrió de los últimos días", remarcaron.
A su vez, la diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade le volvió a apuntar a Frigerio, otro de los blancos de Carrió (y el que más seriamente está preparando una querella por calumnias e injurias contra ella). "Hay que investigar a AySA en la época de Frigerio", sostuvo Frade a FM Futurock, luego de que Carrió la mencionara como una "caja" del entonces ministro de Interior.
Bullrich contraataca
La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, en tanto, volvió a devolverle a Carrió las gentilezas, pero esta vez lo hizo con un tono más apaciguado. Eligió pasar de largo de las acusaciones de Carrió hacia integrantes de la alianza y centrarse en el planteo de la líder de la Coalición Cívica sobre el perfil de las incorporaciones al espacio opositor: "Si hay gente que no tiene que estar se discutirá, se hablará y lo analizaremos. No le tengo miedo a la verdad", sostuvo sobre el tuit de Carrió que sostenía que lo escandaloso era la verdad de lo que había dicho.
“No me asusta la verdad en general y tampoco me asusta la verdad de Carrió. Lo importante es que entendamos que esa verdad nos tiene que servir para que todos en Juntos por el Cambio tengamos en claro cuál es la dirección estratégica para cambiar la Argentina”, remarcó Bullrich, quien destacó también: “No tengo ningún problema en debatir el perfil de Juntos por el Cambio, ahí me van a encontrar lejos del ministro de Economía Sergio Massa”. Le reprochó a Carrió hacer una escena pública de todo el debate: “Me gustaría que haya un ámbito donde esas cosas se puedan hablar y no tirarlas por los medios. Es mejor que nosotros, que tenemos una mesa, dirimamos eso”.
Morales y su Whatsapp
Un día después de que se "filtraran" los flamígeros mensajes de Gerardo Morales hacia Carrió, el gobernador salió a aclarar: "Fue algo le mandé en forma privada, pero no me hago cargo de las ediciones. Cualquiera edita los chats y me hace decir cualquier cosa". No obstante, admitió: "Algo de que podía romper Juntos por el Cambio sí lo dije". Ante las repreguntas, Morales insistió: "Fue algo que le mandé de forma reservada hace más de siete días".
Y ahí está la clave: los mensajes --semiadmitidos por Morales-- son del primer momento de la discusión. Luego Carrió y Morales conversaron y bajaron la espuma. Pero alguien decidió filtrarlos por su propia conveniencia política. ¿Quién fue? En el clima de sospechas permanentes que se instaló en Juntos por el Cambio cualquier conspiración cierra. Algunos imaginan que fue Patricia Bullrich, sin más prueba que la premisa de las novelas policiales de cui bono (quién se beneficia): el chat convenientemente le apunta a Macri por el Correo y a Larreta por la causa de corrupción que existió por el Paseo del Bajo. Pero la presidenta del PRO queda indemne. Lo cierto es que la circulación interna del chat les hizo imposible saber, a ciencia cierta, quién lo filtró a un portal de noticias.