En un estudio publicado por el Ministerio de Salud de la Nación el año pasado, Catamarca figura a la cabeza a nivel país en cuanto a la tasa de suicidios adolescentes, seguida por otras provincias del Norte Argentino.
La problemática que se visibiliza mediante estas estadísticas conmueve a la sociedad por lo irreparable de esas pérdidas humanas y también genera una gran preocupación. Para conocer qué se hace en la provincia en materia de acciones de prevención, Catamarca/12 dialogó con el psicólogo Diego Molina, director de Salugénica- Espacio de Salud Mental, que desde hace 13 años viene llevando a cabo distintas actividades relacionadas con el tema.
Puntualmente con respecto a los números de las estadísticas que corresponden a estudios realizados en el año 2018 (los últimos a nivel nacional a la fecha), Molina dijo que “se recomienda a estos números fríos manejarlos con mucho cuidado, ya que pueden no ser tomados como deberían por los medios de comunicación y el público, aunque es sumamente importante que los tengamos presentes quienes trabajamos con esa problemática”.
“Para estas estadísticas vitales del INDEC que se publicaron en 2021, se considera al adolescente como una persona entre 13 y 19 años y Catamarca está a la cabeza en la lista. Sin hablar puntualmente de números, estos nos permiten pensar en posibles estrategias o hacer análisis situacionales y diagnósticos para poder pensar los abordajes a seguir”, manifestó el psicólogo, a lo que añadió la necesidad de “reflexionar y pensar en este tipo de intervenciones, que ya no son intervenciones sólo desde el consultorio de un psicólogo, sino intervenciones del tipo comunitarias, territoriales, teniendo en cuenta que participe no solamente el sector salud, con seguridad, educación y justicia; sino también las organizaciones sociales y, como en el caso nuestro, una institución privada que genera espacios no arancelados para militar en la prevención del suicidio”.
El especialista indicó que permanentemente llevan adelante actividades de prevención del suicidio, aunque en muchas ocasiones son convocados para hacer tareas de posvención, es decir, cuando se da un caso dentro de una comunidad determinada, brindar acompañamiento y contención a la familia y al resto de allegados que pudieron haberse visto afectados por esta muerte (compañeros de escuela, vecinos, etc.).
“Los padres de adolescentes también pueden ser promotores de salud y colaborar con el pedido de ayuda, e incluso el mismo adolescente puede colaborar detectando casos entre sus pares. El reconocimiento de la problemática y el pedido de ayuda son clave”, puntualizó.
Como parte de las acciones que lleva a cabo la institución, Molina anticipó que tienen previsto realizar visitas con talleres de prevención a distintos puntos del interior de la provincia, aunque puso de manifiesto la necesidad de llevar a cabo un trabajo interdisciplinario y no aislado sobre la problemática. “Es necesario pensar que el suicidio mas allá de una problemática de la salud publica, que, de por sí, debe ser el organismo rector en estrategias, pero lo importante es realizar una labor mancomunada con Justicia, Seguridad y educación para generar estrategias más colectivas y efectivas”.
La detección como clave
El especialista expresó que es fundamental en estos casos arribar a una detección de la disposición suicida y de esa manera, poder llegar al adolescente con herramientas de ayuda. “Muchas veces se detectan estas conductas por las verbalizaciones que la persona hace de la muerte, el suicidio o manifestaciones de sus deseos de no estar o desaparecer. Esto es lo que llama la atención, pero también vemos un decaimiento general en su estado de ánimo, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba y alejamiento de sus vínculos”, expresó Molina.
A su vez, explicó que desde el ente vienen impulsando que se instaure en la provincia el Día de la Prevención del Suicidio, para lo que ya mantuvieron reuniones con legisladores. “Lo que se está necesitando es un programa de prevención, que conlleve una planificación con un presupuesto acorde y que se pueda sostener en el tiempo, no con acciones aisladas como se da hasta ahora. La preocupación y el interés aparece por algún caso en particular, pero se necesita trabajar con indicadores y una evaluación de la situación, eficiente y coherente”. Asimismo, vienen preparando una serie de actividades por conmemorarse el próximo 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Por su parte, Alejandra Rossi, vicedecana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y referente a nivel nacional en la temática, estuvo en la provincia para formar parte de unas Jornadas que se desarrollaron en la UNCA en referencia a la temática y expresó que “este no es un trabajo individual. Para poder prevenir cualquier tipo de situación que haga que las personas de nuestra comunidad no vivan felices, tenemos que trabajar en conjunto y sin egoísmos, que es lo que requiere la problemática suicida, sino vamos a estar eternamente chapoteando en este problema”.
La especialista, indicó que ante la presencia de una persona que, sospechamos, presente disposición suicida, lo importante “es dialogar. Si creemos que la persona que tenemos en frente considera quitarse la vida, lo mejor es preguntarle directamente: ¿Has pensado en quitarte la vida? Esto puede causar dos reacciones: que la persona, si no lo ha pensado, conteste ¿qué te pasa? ¿qué me está preguntando? y si sí lo ha pensado, ese espacio se convierte en la vía ideal para que pueda pedir ayuda. Cada intento de suicidio no es un llamado de atención, es un franco pedido de ayuda y cada verbalización, también”.
Políticas en el interior
Con el objetivo de crear una red comunitaria que permita disminuir los índices de suicidio en el distrito, la Municipalidad de Fiambalá, lanzó el programa Conectados con la Vida, a través del cual, distintas instituciones de la comunidad trabajan en la formación de promotores para que la sociedad cuente con herramientas para prevenir el suicidio.
La iniciativa de la Secretaría de Desarrollo y Bienestar Social, surge a partir de la necesidad de contar con las diversas instituciones de la sociedad como detectores de situaciones de riesgo y propone crear un trabajo en conjunto dentro de la comunidad.
Conectados con la Vida forma parte de las políticas de prevención contra el suicidio que se vienen desarrollando a partir del 2015, cuando la actual gestión encontró índices alarmantes de esta problemática. En 2014 la tasa de suicidios en Fiambalá fue del 31%, durante el 2015 bajó a la mitad, un 14%, mientras que en 2017 se redujo a un 10%, alcanzando en 2018 la cifra más baja con un 7%. En tanto en el contexto de pandemia del 2020 subió 3 puntos y en 2021 marcó un 14%, se informó desde el Municipio.
Ayuda y acompañamiento
Si vos, o algún familiar o allegado tuyo está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, llamá al 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) al (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país). El llamado es personal, confidencial y anónimo.