El jurado popular consideró que los dos policías que en julio de 2020 mataron al joven Lucas Verón e hirieron a un amigo, tras perseguirlos sin darles la voz de alto por las calles de González Catán, son culpables de homicidio en exceso del cumplimiento del deber. La resolución fue comunicada en el Patio de las Américas de la Universidad Nacional de La Matanza, donde se lleva adelante el debate oral. Es la primera vez que en la jurisdicción de La Matanza un caso de gatillo fácil resulta con condena, y lo llamativo es que se registra en coincidencia con el juicio por jurados.
Con ese veredicto, los policías Ezequiel Benítez y Cintia Duarte podrían recibir una pena máxima de 5 años para Duarte, y de entre 10 y 30 años para Benítez. La fiscalía y el particular damnificado solicitaron perpetua para ambos.
Mientras que Cintia Duarte está acusada de exceso en el cumplimiento del deber, pero como coautora del homicidio, a Benítez le cabe el homicidio de Lucas y la tentativa sobre su amigo, porque es quien efectivamente disparó.
En la mañana de este miércoles, luego de un debate que comenzó el martes y se extendió durante toda la noche y madrugada, el jurado emitió un veredicto de culpabilidad ante el juez técnico del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza, a cargo de Gerardo Gayol.
Este viernes, en la audiencia de cesura, se resolverá la pena para los acusados, que, de acuerdo con el testimonio del sobreviviente, persiguieron a los jóvenes sin dar la voz de alto y los balearon por la calle.
En su declaración del martes, uno de los policías acusados admitió que participó de la persecución en un patrullero que tenía "las balizas apagadas" y disparó. También aseguró que se fue del lugar sin asistir a los jóvenes porque creyó que no había herido a nadie.
Una historia de gatillo fácil
"Van a escuchar una historia triste, de gatillo fácil", dijo el fiscal Sergio Antín al jurado popular en los lineamientos generales del juicio al que los policías Benítez y Duarte llegaron acusados de "homicidio agravado por ser cometido por un miembro de una fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio", en el primer caso de Verón, de 18 años, y en el segundo de Aguirre, que era menor de edad al momento del hecho.
Pasadas las 18, el jurado escuchó el testimonio de Marco Aguirre, el joven que el 10 de julio 2020 manejaba la moto y sobrevivió a los balazos policiales disparados por Benítez y Duarte en el hecho que terminó com el homicidio de Lucas. Aguirre habló ante unas mil personas, entre familiares de Verón y alumnos de la universidad, que desbordaban la sala.
El joven recordó que esa noche había ido a casa de Verón para festejar su cumpleaños. "A la noche jodimos entre amigos, salimos a tomar aire al patio y vemos que pasa un patrullero y nos miran, no le dimos bola y entramos", contó. En algún momento del festejo, decidieron ir a comprar gaseosas y alguna bebida energizante, por lo que subieron a la moto y empezaron a recorrer el barrio.
"Como no había nada abierto" por el aislamiento por el coronavirus, regresaron a la casa de Lucas, pero en ese momento se encontraron "con un patrullero con las sirenas y luces apagadas" que los "quiso chocar". Los policías no dieron la voz de alto y empezaron a perseguirlos e intentaron chocarlos con el patrullero y les realizaron "cuatro tiros".
"No nos dieron una orden de alto, nos asustamos y acelero, era la primera vez que nos pasó algo así. Nos subimos a la vereda y el patrullero nos persiguió tirando cuatro tiros", dijo. Según explicó, primero hubo dos disparos y luego otros dos cuando cayeron de la moto.
"Lucas corría adelante y yo atrás, él trastabilla y cae, lo paso y vuelvo porque no venía más", dijo el joven, quien contó que fueron al hospital y después ya lo vio a Lucas "en la camilla ya sin vida".
Cuando Aguirré terminó de brindar testimonio, el público aplaudió, y el juez Gayol reprendió a los presentes.
Antes de Aguirre, había pedido declarar el policía Benítez, quien admitió que participó de la persecución en un móvil "con las balizas apagadas" y que efectuó dos disparos porque pensó que los jóvenes estaban armados, aunque dijo que tras el hecho se retiró del lugar sin asistirlos porque creyó que no había herido a nadie.