El gobierno británico anunció este miércoles que indemnizará con 121.000 dólares a miles de personas que se infectaron de VIH y hepatitis C, muchas de las cuales fallecieron, tras haber recibido transfusiones de sangre contaminada en las décadas del 70, 80 y 90.
La investigación de los casos, ocurridos entre los años 70 y los 90, todavía está en marcha. Sin embargo, la Justicia resolvió comenzar a pagar las indemnizaciones a partir de octubre. Se estima que la cobrarán miles de personas, entre afectados por las transfusiones contaminadas y las familias de los pacientes fallecidos.
El escándalo de las transfusiones contaminadas
Entre los años 70 y los 90, miles de pacientes con hemofilia contrajeron hepatitis C o VIH, tras recibir transfusiones de sangre contaminada a través del Servicio Nacional de Salud (NHS) británico. Según las cifras oficiales, unas 2.400 personas que recibieron esta sangre murieron.
A raíz de la escasez de reservas de sangre en Reino Unido, el NHS compró gran parte de sus existencias a proveedores estadounidenses. La sangre había sido obtenida de donantes pagos.
Una investigación anterior, en 2009, concluyó que los distintos gobiernos británicos deberían haber actuado para garantizar el autoabastecimiento de sangre en el país y disminuir la dependencia de las importaciones.
En un comunicado, el primer ministro Boris Johnson reconoció que "nada puede reparar el dolor y el sufrimiento de aquellos afectados por esta trágica injusticia". Y añadió que el gobierno estaba "tomando acciones para hacer lo correcto con las víctimas" y sus familias.
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