El empresario de la industria más importante del país, Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, realizó ayer una advertencia al Gobierno sobre el impacto negativo que tienen la apertura de importaciones y el cambio tecnológico sobre la inclusión social y, en consecuencia, sobre la gobernabilidad. “Ningún gobierno puede hacer una apertura indiscriminada sin poner en riesgo su gobernabilidad y su consenso”, señaló Rocca durante su disertación en el XX Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE).
En el mundo industrial, desde las pymes hasta las grandes empresas manufactureras, resuena desde el año pasado la palabra “reconversión”. En un contexto de delicado para la industria por la caída de las ventas, el mayor ingreso de importados, la crisis de Brasil y la atractiva renta financiera, los empresarios (que tienen el margen para hacerlo) proyectan un par de años hacia adelante con la idea de la redefinición del proceso productivo. En algunos casos, son situaciones vinculadas a una tendencia mundial y en otros tiene que ver con la política de Cambiemos.
La disertación de Rocca apuntó a las cambios globales en el mundo del trabajo, pero la intención del Gobierno de avanzar hacia una apertura comercial introduce violentamente el tema en la agenda local. “El tema es cómo los países se ponen frente a esto. El cambio tecnológico es una amenaza que tenemos y a la vez una oportunidad. Cuando la transformación es muy fuerte, quedan muchos desplazados. Esto sucede en todo el mundo, en Estados Unidos, Europa y en nuestro país. La transformación de los últimos 25 años es impresionante y genera desigualdad”, señaló el empresario.
Los cambios globales se cruzan con la intención del Gobierno de modificar los pilares sobre los que se asentó la industria argentina desde el 2003: administración comercial, expansión del consumo interno con aumentos de salarios, tarifas baratas y tasas de interés reales negativas. El Gobierno avanza con la apertura importadora, subas tarifarios, un esquema favorable a la bicicleta financiera con las ventas deprimidas y un horizonte de ajuste fiscal. Además, busca incrementar el grado de flexibilización laboral. El resultado es que cierran plantas para procurar acomodarse al nuevo contexto. Ese movimiento tiene su contracara en la exclusión social. Hasta Rocca advirtió sobre esta situación. “Ningún gobierno puede hacer una apertura indiscriminada sin poner en riesgo su gobernabilidad y su consenso. En el Conurbano bonaerense la desindustrialización y el cambio tecnológico hace difícil la inclusión”, indicó Rocca.