Si solo hubieran atendido uno de los tantos reclamos que realizaron les docentes, tal vez hoy no estaríamos lamentando la muerte de una niña de la villa 21-24 de Zavaleta. Esto es lo que sucede cuando se vacía de recursos y se desatienden instituciones como la escuela que, para les pibis que viven en total vulnerabilidad, representan un gran sostén. En la escuela reciben tal vez su única comida del día, en la escuela son abrazades por la amorosidad de sus maestres.
El pasado viernes 12 de agosto una alumna de 11 años de la Escuela N° 11 D.E. 5 "República de Haití", llegó al colegio y se descompensó. Les docentes llamaron al SAME para que la asista, el llamado debieron realizarlo desde una línea particular porque hace meses que el teléfono de la escuela no funciona. Pasó una hora, la ambulancia nunca llegó y la niña fue retirada de la escuela por su familia y la llevaron a la guardia del Hospital Penna. El lunes 15 volvió a ingresar al hospital donde ya no hubo nada que hacer por ella y falleció.
“Hoy estamos atravesades por el dolor, la impotencia y la bronca frente a la pérdida de una niña de nuestra escuela, consecuencia de la ausencia y la desidia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que sistemáticamente vulnera los derechos de nuestres pibis”, así comienza el comunicado que publicaron les docentes de la escuela a la que asistía la niña. No salen de la tristeza porque les falta una alumna que falleció por falta de atención y es la consecuencia de una cadena de faltas gravísimas que el Estado no previno.
Todo falló o mejor dicho no llegó a tiempo ninguna asistencia, aunque les docentes alertaron varias veces a los organismos correspondientes el estado de gravedad en la que se encontraba la niña. Por eso, ahora les maestres señalan al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como principal responsable de la muerte de la estudiante.
“Salimos a denunciar que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el distrito más rico del país, está desfinanciado y vaciando los organismos del Estado que pueden intervenir en situaciones tan complejas y tan críticas como la que estamos viviendo hoy que es producto de la no intervención del Estado cuando debió hacerlo con muchísima anticipación”, dice Aylen Galante, una de las docentes de la escuela.
La niña ingresó al colegio en 2017 y desde un primer momento les docentes notaron que necesitaba contención y acompañamiento. Solicitaron la intervención del Equipo de Orientación Escolar (EOE) ya que advirtieron la vulnerabilidad de derechos que atravesaba ella y su familia. “Frente a estas situaciones como vía institucional tenemos únicamente la derivación al EOE que es el equipo que hoy reemplaza a aquello que fue el gabinete psicopedagógico, que ya no existe más, otra de las grandes políticas de este gobierno de ir sacando recursos de las escuelas. El EOE son un par de personas para muchos distritos y escuelas que no dan abasto, que cambian constantemente, que no pueden estar actualizades de las situaciones de nuestres niñes y que no pueden seguir casos periódica y constantemente por un periodo extenso porque las cambian”, explica Galante.
El EOE actualmente está formado por 15 personas que hoy tienen a cargo 15 mil alumnes, las escuelas que están a cargo de ese equipo solicitaron su intervención para 1050 alumnes que se encuentra en situación de vulnerabilidad. La demanda es enorme para tan poco personal ¿Por qué el ministerio de educación de la Ciudad no revisa estos organismos? ¿Por qué no destina el personal suficiente? Para el caso de la niña fallecida, recién en el año 2020 el EOE derivó su situación y solicitó la intervención a la Defensoría zonal. Esta solicitud se reiteró en el 2021 y también este año, pero al día de la fecha a la escuela nunca se le informó si hubo alguna intervención de dicho organismo.
Durante el 2018 y 2019 la familia presentó un certificado médico que indicaba que la niña necesitaba un refuerzo hipercalórico de vianda. Dicho refuerzo, fue otorgado durante esos años pero siempre fue insuficiente. Les docentes aseguran que durante el 2021 el refuerzo de vianda nunca llegó. En el comunicado explican: “Durante todos sus años en la escuela, fue acompañada continuamente por las y los docentes de manera integral: armando dispositivos focalizados en su aprendizaje tanto dentro como fuera del aula, consiguiendo turnos médicos, gestionando sus anteojos, ropa para que se abrigue, garantizando el almuerzo antes de ingresar al aula y articulando con las organizaciones del barrio. Los recursos y las herramientas que debería haber proporcionado el Gobierno de la Ciudad para acompañar a la niña y a su familia, nunca fueron suficientes, y en algunos casos inexistentes.”
Mientras la ministra de educación Soledad Acuña y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodriguez Larreta se dedican a impulsar medidas punitivistas como quitarle los planes sociales a aquellas familias que no cumplan con la asistencia escolar y sancionando a docentes que utilizan lenguaje exclusivo, les pibis de los barrios con menores recursos van a la escuela con hambre, sin acceso a salud y muches sin una vivienda digna.
Mientras el gobierno porteño castigan a les xadres como si fueran responsables del hambre que hay en la ciudad más rica del país, son les docentes comprometides que hacen lo imposible para que les pibes puedan seguir estudiando. Aylen cuenta: “Hacemos ferias, pedimos donaciones, muchas veces invertimos parte de nuestro sueldo, conseguimos útiles, ropa, zapatillas para les pibis que vienen cada día con más hambre y menos recursos. Y cuando digo menos recursos me refiero también a la salud, Hoy en día es muy difícil conseguir un turno en una salita, no solo para la salud física, sino también, la psicológica, tardan más de tres meses en darles un turno y esto es producto de años de vaciamiento del Estado”.
Un mate cocido con una galletita de agua o un cereal de tercera marca es lo que desayunan les pibes en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Y el almuerzo es todavía peor: tortillas de verdura sin verdura, medallones de pescado con más almidón que proteínas y productos ultraprocesados para bebés de un año. Estos son algunos de los resultados a los que llegaron las cooperadoras y comunidades de las escuelas cuando a principio de año fiscalizaron el servicio de comedores escolares vigente en la Ciudad desde hace 30 años.
“Desde la escuela venimos señalando este tipo de situaciones que no son solo de una familia, sino de muchas. Hace varios años todo se viene complicando en el barrio y cuando señalamos esto hay una decisión política de mirar para otro lado. Nosotres hoy salimos a denunciar que la situación terrible que estamos viviendo en la escuela es producto de un Estado que no se está haciendo responsable. Vemos con mucha preocupación el estado actual y el futuro de nuestras niñeces e infancias, por eso hoy salimos a pedir justicia y a denunciar esta situación que venimos señalando desde hace años frente a la cual el Estado no hace nada”, concluye la docente.