El aura que rodea a Juan Román Riquelme, actual vicepresidente de Boca, parece que se va resquebrajando lentamente en la institución. El ex volante que enamoró a los hinchas en su época de jugador con un fútbol exquisito, dejó de contar con el apoyo incondicional de quienes lo ubicaron en el lugar que ocupa ahora con su voto.
El público dio su veredicto el miércoles por la noche en la Bombonera, con un tema que pasó de lo deportivo a lo político: la continuidad del arquero Agustín Rossi. El apoyo al futbolista fue total, y exigieron que no se vaya del club.
Rossi no arregló la renovación de su contrato, que vence a mediados del año que viene, y Riquelme es el apuntado por esa situación. El encargado de la actividad en la entidad no imaginó nunca que los socios le darían la espalda por primera vez. Para colmo, Rossi volvió a destacarse atajando un penal y su figura se agigantó aún más. Si el Consejo de Fútbol tiene en mente prescindir del arquero en el futuro, la señal que tuvieron de la gente no fue positiva.
La jugada que realizó el Consejo fue la contratación de Sergio Romero, el ex arquero del seleccionado que no tuvo continuidad en su paso por Europa. En el caso que el técnico Hugo Ibarra decida incluir a Romero en la formación titular, como se especula, podría llegar a provocar un rechazo mayor de los hinchas.
Romero, en primer lugar, tendrá que ponerse bien físicamente para estar a disposición. Y en ese sentido también hay una controversia, ya que el ex Racing padecería un problema crónico en una de sus rodillas. Si eso se comprueba, ¿cómo hizo el jugador para aprobar la revisión médica que definió su llegada?
La jornada fue doblemente fallida para Riquelme, debido a que también fue ovacionado Carlos Tevez, conductor de Rosario Central, tanto antes como después del partido. Tevez también es otro ídolo de la institución, que finalizó su etapa como jugador luego de desencuentros con Riquelme. Inclusive, la plaqueta que le entregó Boca fue de manos de Mauricio Serna y no de Riquelme.
El poder que le entregó el presidente Jorge Ameal a Riquelme fue total, y el fútbol está bajo su tutela. Los que se manifestaron en contra de las decisiones de Riquelme seguramente fueron muchos que votaron la lista de Ameal en las últimas elecciones. Y el año que viene tendrán que renovarle el crédito a esta directiva, o a la lista que se decida a integrar Riquelme.
La gestión venía sin sobresaltos, pero la despedida de Sebastián Battaglia como entrenador comenzó a generar cierto distanciamiento con los socios. El último partido que dirigió Battaglia, frente a Corinthians de Brasil, mostró un buen nivel futbolístico de Boca, pero los penales no le fueron favorables, y sus declaraciones posteriores lo condenaron. A Battaglia no le gustó la partida de Eduardo Salvio, por un problema similar al de Rossi en lo contractual.
Y el capitán Carlos Izquierdoz, por plantarse con firmeza ante el Consejo, adelantó su salida y se marchó a España. Los hinchas, que ya perciben que Rossi puede seguir el mismo camino que Salvio, Battaglia e Izquierdoz, se manifestaron para exhibir su repudio. Y por primera vez, Riquelme sintió que el trono que le habían dado no está tan firme.